jueves, 19 de noviembre de 2015

THE JESUS AND MARY CHAIN: 30 AÑOS DE UN DULCE PSICÓTICO QUE MUTÓ AL POP

PSYCHOCANDY
THE JESUS AND MARY CHAIN
Blanco y Negro
(1985)
El álbum debut de los Jesus sin duda rompió los paradigmas musicales de la época, demostrando que se podía ser pop siendo anárquicos, agridulces, construyendo melodías apelando al ruido, creando ambientes sónicos por medio del feedback, logrando conciliar sonoridades infernales con angelicales, erigiendo la muralla de distorsión como vanguardia, teniendo al nihilismo sonoro como bandera, marcando un antes y después en la historia del pop contemporáneo. Estableciendo las bases para el “noise” e influyendo a bandas futuras que también señalarían el camino a seguir, como My Bloody Valentine. Treinta años han pasado ya y aquí los celebramos. 
TASTE THE FLOOR
Bobby, William, Jim y Douglas
Los hermanos William y Jim Reid naturales de Glasgow, Escocia, vivieron su infancia en East Kilbride. Su adolescencia fue influenciada por el Glam Rock, hasta que cierto día de 1977, William llega a casa con un viejo bajo y se formulan los planes para crear una banda, pero los años pasaron y éstos nunca se concretaron hasta que a inicios de los 80s, comienza a escuchar The Velvet Underground y sienten que su música les proporciona los elementos necesarios para diseñar la propia.
Un día los esposos Reid se fueron de viaje dejando a sus jóvenes hijos por un par de semanas y un dinero para que solventarán sus gastos tras sus ausencias. Los hermanos no tuvieron mejor idea que invertir en música, comprando un porta estudio. Jim escribiría la primera canción para la banda, “Upside Down”, conocerían a Douglas Hart (bajo), y ante la insatisfacción de no encontrar un baterista que se ajuste a sus lineamientos musicales, optan por Bobby Gillespie (años más adelante líder de Primal Scream) para que los acompañe en las “tarolas” al compás de las descargas de feedbacks, acoples, distorsiones y ecos.
Gillespie se contactaría con Alan McGee de Creation Records, quien tras escuchar el demo del grupo y verlos en vivo decide sacarles un single, Upside Down (1984) dejando impactados al público y a la prensa por la originalidad de su propuesta, de feedbacks y peculiar percusión. Tras un año de accidentadas presentaciones como la protagonizada en el  North London Polyechnic, son fichados por la subsidiaria de Warner, Blanco y Negro para lanzar su primer LP.
Psychocandy     
Lanzado el 18 de noviembre de 1985, su pieza inicial, “Just Like Honey” es el corolario perfecto de lo que los hermanos Reid anhelaban, simboliza su manifiesto sonoro, la plasmación utópica que habían concebido en sus mentes, de experimentar Einstürzende Neubaten con Shangri-Las, de combinar sus influencias Velvet Underground y Beach Boys, resultando imposible no sentirse atraído por su cavernosa instrumentación y agridulce melodía de putrefacto romanticismo. Los rompedores “tarolazos” de Gillespie, reventándolos a más no poder, sobre una marcha acelerada a la que enturbian con atmosféricas capas de feedback, son realmente adrenalínicas en “The Living End”,  el ruidismo corrosivo y rítmico de “Taste The Floor” acompañado por el cansino canto de Jim, y los chirriantes acoples de la guitarra son adictivos. El ruido melódico y hasta bailable de  “The hardest Walk” es contagioso, además de su punzante bajo. Sonoridades electroacústicas aplacan en algo las distorsiones y ecos que los Reid nos aventaron sin piedad a lo largo de sus primeras piezas, constituyéndose en una muestra de lo caóticamente dulces que podían sonar.

Pero tal calma será solo un breve respiro pues el ruido infernal de “In A Hole”, las distorsiones de “Taste Of Cindy”, las ensordecedoras guitarras de “Never Understand”, a las que se une la primitiva y salvaje percusión de Gillespie, escuchándose sobre el final los gritos esquizofrénicos de Jim y la oscura “Inside Me”, continuarán dándonos a mansalva a nuestros oídos. Proseguirá “Sowing Seeds”, la hermana melliza de “Just Like Honey”, la caótica “My Little Underground”, el decadente bajo de “You Trip Me Up” abriendo paso para que se desparramen radicales experimentaciones de ruido guitarrero, la nostálgica “Something’s Wrong”  disparando afiladas distorsiones a diestra y siniestra, sobre una base de percusión cavernícola, y la crujiente e hiriente “It’s So hard”, causándonos la sensación de estar sintiendo el bisturí sobre la piel, firman un disco auténtico, sin más pretensión  que la expresar su psicótico pop, como nadie lo había hecho antes, innovación inspirada por el panorama tenso y desalentador que reinaba en Escocia y el resto de UK, pues la sensación del “no futuro” punk, se continuaba respirando dentro de la juventud británica. Psychocandy es una obra maestra de arte contemporáneo y crucial para comprender los sonidos de vanguardia. 

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