jueves, 23 de junio de 2016

EL AIRE II, EL FIN DE LA ESPERA

II
EL AIRE
A TUTIPLÉN RECORDS
(2016)

Para quienes somos seguidores de El Aire, la salida de II ha significado el fin de una prolongada espera de 19 años desde que sabíamos de su proceso de gestación y anhelábamos algún día ver cristalizado su lanzamiento. Los primeros ensayos fueron registrados en un casete mediante una radiograbadora para que José Javier Castro (el cerebro de la banda) que por ese entonces trabajaba fuera de Lima, la pueda usar como “pista” y guía cada vez que se reuniría con Manolo Barrios, César Zamalloa, y Eduardo “el chuto” Andrade (quien reemplazó a Constantino Alvarez en la batería) para trabajar el material. Recuerdo que en los tiempos de Caleta, Julián Rodríguez nos mencionaba con gran entusiasmo la existencia de esta grabación y su contenido. Por diversas razones en 1998 los ensayos se detuvieron y con ello el proyecto. 
En el 2002, Caleta edita en Cd la maqueta de los ensayos, junto a otros temas compuestos por JJ en 1991 para una obra teatral (Lorenzaccio), a pesar de su caótico y precario sonido, además de su pésima fidelidad, la grabación nos daba una idea de lo que sería II. Ya en 1997 JJ había presentado algunos temas en vivo, como la cálida “Luz de ti” y la sideral “Agujero Blanco”, y años más adelante con sus distintas formaciones lo haría con la brutal “¡Muero! (Grito un dios enfermo)”, “A Patria o Muerte”, entre otras, es más “Decirle Hola, capitán Bryce” fue incluida en el épico disco triple y grabada por la formación original, y el año pasado la banda tocó el disco completo en Arequipa.       
La  banda actual en la presentación de II
La posibilidad de lanzar II en las condiciones que se merecían las canciones siempre estuvo latente, es así que la formación vigente asume el reto de capturar la esencia, el concepto y el “espíritu” de la idea primigenia para grabarla en su integridad. Bajo un impecable empaque, como la gente de A Tutiplén nos tiene acostumbrados, el disco arranca con los ascendentes teclados y guitarras de “Agujero Blanco”, lográndonos hipnotizar de inmediato, pues resulta imposible no ser cautivados por sus cósmicas cuerdas y capas de feedbacks, que nos conducen por sugerentes parajes oníricos, como si estuviéramos dentro de un remolino, haciéndonos volar nuestros sentidos por los aires, consiguiendo un magistral inicio de álbum. Luego, “Antes que…” toma la posta sonora dejada por “El Naranja de tus ojos”, al exhibir muchos elementos musicales de este tema, como si se tratara de su segundo episodio.  “¡Muero! Gritó un dios enfermo”, resulta toda una contundente descarga de brutal noise y punk rock “al por mayor”, cuyos furiosos golpes de percusión parecieran buscar la destrucción de las tarolas, aunque su ejecución en vivo suena todavía más bestial. Las guitarras rítmicas de la rockera “Restos de la vida”, se perfilan dinámicas y envolventes, sobre todo por los arreglos con el Wah-wah, mientras que la densa y ruidosa marcha guitarrera de “Árbol Réquiem” se encarga de reproducir ambientes psicodélicos. Prosigue el sosiego bucólico que irradia “Luz de ti”, tema de fina ternura, cuyo panorama que se ve irrumpido por unas ininteligibles voces de protesta masiva, inconexas guitarras y baterías que lentamente van construyendo la incendiaria “A patria o muerte”,  dispuesta a sacudir conciencias con sus proclamas, guitarrazos y aporreos tan embriagadores e ideales para el “pogo” como los de “Libertad” o “Ahora”. La vena contestataria permanece con “(Los políticos) Solo quieren bailar”.
Al preludio rocanrolero de  “Ah! La vía crisis”  prosigue un séquito de guitarras en clave “veltviana”, presentándonos uno de los mejores momentos de la obra. Y el trance se volverá etéreo con la espacial “Decirle hola, Capitán Bryce”, delicada, tierna y sobrecogedora pieza, capaz de trasladarlos por el espacio. Las melódicas guitarras de “Entrópica” (Con las alas quebradas), nos regresa a nuestro estado terrenal, mientras que en la ecologista “Lobo marino”, JJ y cía. Se despachan con una serie de arreglos bolerísticos, criollos y hasta vernaculares, para hacer gala de su riqueza ecléctica.
Como bonus track, la banda nos presenta la versión de “Luz de ti”, grabada con la formación del 2007, destacándose por sus ensayos étnicos con moseño y didjeridoo, ejecutados por el propio JJ.  
II, se constituye en el eslabón para comprender la historia de El Aire, así como la transición entre I y sus siguientes capítulos. Ahora sí podemos disfrutar de manera completa del relato sonoro-cronológico de una de las bandas más queridas y adoradas de nuestro país, causándonos una sensación de “más que satisfechos” ante tremendo obsequio musical en compensación por tan paciente espera (casi dos décadas). “Qué más puedo yo decir…”

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