miércoles, 6 de julio de 2016

SCALA MEGA HERTZ: WILDER GONZALES AGREDA-Reseña

SCALA MEGA HERTZ
WILDER GONZALES AGREDA
Super Space Records
(2016)
En esta nueva entrega, el músico experimental de Los Olivos, nos prepara un enajenado menú más espacial y cósmico, distante de los abstractos sonidos terrestres presentados en Lima Norte Metamúsica (2014), llegando aun a lo alienígena, persistiendo en sonar insano, arriesgado y complejo, pero en esta ocasión apoyándose de sonoridades IDM, electrónicas y ciertos trazos ambient.
Un repetitivo y desconcertante “men”, replicado de principio a fin por una enfermiza voz robótica, marca desde el arranque la insania de la propuesta musical de Gonzáles, sucediéndose sobre su interpretación androide, una serie de beats, descoloridos teclados, coquetas sonoridades a lo Chemical Brothers y esos extraños y densos ruidos y voces (suenan como a robot con arcadas) tan dementes que gozan de su predilección. La metálica “MF3”, no por practicar sonidos heavy metal ni nada por el estilo, sino por estar constituida sobre una serie de metales que resuenan inconexamente, crean una ambientación maquinal, sobre la cual Wilder proclama delirantemente “mental…mental es toda” y sus armoniosas (y lunáticas) onomatopeyas, conciben realmente una “marcianada”.
La cosa se torna algo mágica con los fantasiosos sonidos iniciales de “Wil Volador”, pero estos se vuelven cada vez más enigmáticos hasta llegar a lo misterioso, algunos toques de piano free-jazz por ahí y cíclicos golpes sintéticos que logran incrustarse en el subconsciente. Tras la sensación soporífera pieza, irrumpe la extraterrestre, “Ultratawa: Trans Andean Express”, cuyas sonoridades ufológicas se asemejan a las desarrolladas por los Boards of Canada, expulsándose chispazos IDM y la electrónica desarrollada por Silvania en su etapa terminal, pre-mutación Ciëlo, además de algunos ruidos maquinales dispuestos a lacerar los oídos y darnos de mazazos con sus atronadores golpes electrónicos.  
Sobre terrenos inhóspitos y colindantes con lo espeluznante, se dispara la compleja “Himeneo”. Luego, la sísmica “I Will Never Forget You 90’s”, de la que salen expulsados teclados cósmicos, se replican siniestras líneas de “synth” sobre ambientaciones desérticas, asomándose sobre el minuto siete, un escalofriante estallido maquinal (¿hemos sido encontrados por “aliens”?), logrando una sugestiva recreación de lo desconocido. La misteriosa “Ø”, edificada sobre lóbregos teclados, como Wilder lo dice en su letra, intenta recrear la sensación del vacío, hacer una descripción musical de este, envolviéndonos con su lúgubre sonoridad.
Nuevamente este artesano de la experimentación consigue otro disco “impuro”, alejado de los paradigmas sonoros convencionales, pero radical y de vanguardia. Otra obra meritoria más para este transgresor del sonido, en lo que va de sus dos décadas de tenaz persistencia en sus propias convicciones sonoras.   

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