jueves, 29 de noviembre de 2018

ECHOES OF BLUE : JAKO. Reseña

ECHOES OF BLUE
JAKO
(2018)
Hacer un degree en música, llevó a nuestro compatriota, Jack Prizant, Jako, a trasladarse hasta Inglaterra y asentarse en la zona costera de Brighton, para “crear desde el espacio, la calma, la ansiedad y la melancolía” su primer álbum, el cual le tomó año y medio su producción.
Son trece piezas de pop atmosférico, que transita entre el “vapor wave”, “trip hop”, “chill-out” y el “dream pop”, sobre bases “hip hop”, de singular estética “lo-fi”, embargadas por la melancolía y dispuestas a generar sosiego en su oyente.  Es así que, a lo largo del disco podemos disfrutar de sutiles percusiones, suaves “beats”, cálidas ambientaciones, guitarras etéreas, voces procesadas y otros elementos sonoros, que se encargar de recrear música para estar en un lar costero, divisando paisajes relajantes. En esto quizás haya influido bastante el grato ambiente de su residencia actual.
Jako en Brighton. Foto: Facebook Jako
Lindos y melódicos arpegios, a lo R.E.M, con reciben en la inicial “Pixy”, que resultan sedantes para nuestra alma, así como su volátil percusión. Sintetizadores híbridos, sobre percusiones espectrales y minimalistas, giran lentamente en “Blue”. Audios de voces transmitidas por radio, sobre nostálgicas líneas de teclados transitan en la enigmática “11.11”.
Acompañada por unos suaves “beats”, pero de contagioso ritmo, emerge la espectral voz de Jako en la vaporosa “Perspectiva”, con unos finos punteos continuando una delirante marcha. Con quietud y de manera hipnótica, se suceden los misteriosos sintetizadores y guitarras de “Hologramas”. Bajo ese mismo ambiente de calma, sigue su melliza sonora “April”, aunque de tonos menos brumosa, y seguidas por moderados bongoes y guitarras de rasgos hawaianos.
En “Melancholia”, nuevamente agradables arreglos de cuerdas caminan sobre otros de caja de ritmo, casi artesanal. Los sintetizadores tenebrosos e incógnitos de “Figures”, algunos agudos y otros más intensos, nos intimidan sobre la base de un fantasmal y aletargado “loop”, exhibiendo trazos más cercanos al IDM. Por cierto, uno de mis temas favoritos del disco.
En el Patchest Festival. UK. Foto: Facebook Jako 
Los resonantes punteos de “Prisms”, son capaces de ir creando emotivos parajes oníricos en quien los escuche, otra joya del disco. Más hermosos sonidos cuerdas, de dimensiones atmosféricas, nos apacigua el cerebro en “Sunsets”. Mientras que las conmovedoras ambientaciones tanto en “Cronos” como en “Κατσίκια”, resultan narcóticas. Finalmente, los etéreos riffs acompañados por un precario arreglo de percusión en “Dreamer”, ponen el punto final para esta bella jornada por los senderos del relax, por donde Jako nos ha conducido.
Este álbum es sencillo, minimalista, volátil e hipnótico, y a su vez nos sorprende con su contundente belleza sonora, con la que nos vemos inmersa al disfrutarla. Un ensoñador trabajo, del cual deseamos no despertar. Sin duda, estamos ante el mejor debut del 2018.  

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