martes, 6 de noviembre de 2018

MIGUEL UZA: MIGUEL UZA. Reseña

MIGUEL UZA
MIGUEL UZA
(2018)
Después de varios años de silencio, Miguel Uza (Ex Ray-O-Bac e Ipadmorita) vuelve al ruedo con un trabajo en solitario donde explora a más no poder con las guitarras, siendo acompañado en los arreglos sonoros por el Astronaut Project y ex Abrelatas “Kaboogie” (Bajo, guitarra acústica, guitarra eléctrica, mini moog y coros), el baterista de El Hombre Misterioso, Santiago Pillado-Matheu y su ex compinche de banda, Zetangas en las guitarras del tema final “Soundcheck #2”, entre otros músicos, quienes aportaron su respectiva cuota para enriquecer su experimental registro.
Las cuerdas se convierten en el personaje principal de la obra de Uza, siendo el anárquico desfile de guitarras, a lo Sonic Youth, emprendido en la toma inicial, “CI-7499”, un corolario de ello. Si bien, la pieza por momentos muta para armonizar una cálida melodía, luego se intercambian silencios con golpes certeros de percusión y arreglos de distorsión. Prosigue el entusiasta “noise pop” de “Días de radio”, en medio de una encrucijada de guitarras. Seguidamente, las guitarras introspectivas e inconexas de “Dan y Nancy” resuenan a través de su lánguido periplo, transitando sobre ellas el relato “Si me necesitas llámame” de R. Carver, con arreglos de Uza, Kaboogie y Pillado-Matheu y “narrado” por Valentín Yhosimoto, donde también incursionan abruptas percusiones, alternando sonoridades dinámicas con reflexivas.   
En la delirante “Latidos en la sien”, Uza presenta guitarras rítmicas, que conciben ruidos y melodías de corte más bailable. Luego, sutiles cuerdas de rasgos resonantes deambulan en medio de feedbacks y melodías nostálgicas en “Lo más cerca de la paz”, al asomarse “Sin título #2” el panorama se torna un poco más cromático y alegre, para luego tornarse misterioso con “La teoría de la omisión”, donde Neto Pérez en las secuencias, mientras que el pop “lo-fi” de “Todo sigue igual” me recuerda a los queridos Eructo Maldonado, cuyo monologo, cual proclama, se enreda con un caótico paraje de guitarras.
Finalmente, los estallidos “noise-pop” de “Imitando a la realidad” saltan en medio de una atmosfera lánguida, y la extensa “Soundcheck #2 (Bonus track)”, se convierten en casi quince minutos de improvisaciones, delirios, devaneos, alucinaciones y visiones guitarreras, donde Uza está secundado por el buen Zetangas.   
El disco, grabado y mezclado entre setiembre de 2017 y marzo de 2018, renueva la propuesta experimental del músico radicado en Barcelona desde el 2003, sobre todo en tiempos donde resulta poco probable disfrutar de obras de este corte en nuestro medio. 


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