INTRO (¿por qué "tesoros mundanos"?)
A pesar de ser un cristiano
practicante y haber comprendido la enseñanza del Salvador de no hacer tesoros
en la tierra, creo que mi conducta al referido principio todavía deja mucho que
desear y no está totalmente arraigado en mi corazón. Pues no he podido superar la
lucha interna que llevo en las profundidades de mí ser hacia el apego a coleccionar discos y videos musicales.
Debo confesar que mi personalidad
denota bastante complejidad al respecto pues practicar el cristianismo y a la vez sucumbir ante los placeres que
brinda la frivolidad de la música contemporánea son vistas por muchos como
tratar de hacer juntar el agua con el aceite.
Background
Durante mi niñez a finales de los
70’s e inicios de los 80´s diferentes
episodios de mi vida se encargaron de sembrar esa “semilla” adictiva
hacia la música y el espectáculo.
Por razones laborales mis padres,
me llevaban junto con mi hermana mayor hasta la casa de mis abuelitos
“postizos” Ricardo y Nilda Bravo Alé,
ellos tenían 5 hijos que cuyas edades
transitaban entre la adolescencia y la juventud. Recuerdo que en las paredes de
sus cuartos estaban pegados posters de ABBA, KISS, Camilo Sexto, se escuchaba
Radio Panamericana, que en esa época pasaba el rock que estaba de moda en
U.S.A. y los domingos por la tarde era clásico ver el programa “500 millones en
español” (creo que así se llamaba), me gustaba el canto de Perales, Sexto y
Bosé. Fue en ese hogar donde escuché por primera vez B52’s, The Cure, Kiss,
Pink Floyd y ABBA, una mezcla de post-punk, glam-rock, pop, se germinó en mi
pequeño corazón y marcó el inició de mi afectividad hacia el mundo del rock.
¿Quién no ha bailado "Party out of Bounds/Private Idaho"? |
Paralelamente durante esa época con mi
abuelita materna, María más conocida como “Abu” nos íbamos a la casa de otra
tía postiza (y la mejor de todas mis tías), que también se llamaba María, ella
tenía un yerno invidente, Jorge Márquez, quien era coleccionista de discos de
vinilo, tenía una amplia colección y
admiraba con que solemnidad los limpiaba, para luego colocarlos en el
gigantesco toca disco y se sentaba a escucharlos, era toda una ceremonia y ritual
que yo disfrutaba presenciar con gran placer. Aquellas imágenes de mi tío “adorando” sus discos impactaron mi mente y corazón.
El episodio fulminante fue la adquisición de mi primer tornamesa portátil que nos regaló mi madre. El toca disco venía en una maleta, de color rojo en la base y la parte que lo cubría era rojo y blanco a rayas, a semejanza de un vestido de Yola Polastri. Tenía entre 5 y 6 años, ¿qué escuchabámos? Tenía mi cuento de "La Isla del Tesoro" pero disfrutaba más al oir y bailar al compás de las canciones emitidas por los RPM 45 de música disco y los "Beatles" que teníamos. Quisé mucho ese aparato y me trae gratos recuerdos.
El Affaire
Una vez cuando salí a pasear con mi madre por Miraflores, había
una tienda de discos “Héctor Roca”, ingresamos a la tienda cuyos estantes
estaban repletos de vinilos. Comencé a “codiciarlos” con los ojos, como quien
encuentra al fin el tesoro que estaba buscando, para luego palparlos y apreciar
sus empaques. Me gustaron bastantes las carátulas de Iron Maiden con sus
dibujos artísticos de “Eddie”, que para muchos eran símbolos del satanismo.
Entre los años de 1984 y 1985 hubo cierta invasión del rock argentino, me
hice fan de Charly Gracía e insistí a mis padres a que me compraran los discos de
mi ídolo, fueron dos RPM 45 “demoliendo hoteles” y “nos siguen pegando abajo
(pecado mortal)” luego me regalarían mi
primer disco de vinilo LP “Piano Bar” (que
después me lo robaron en una fiesta de año nuevo del 86).
En el año de 1985 a días de
cumplir 10 años de edad asistí a mi
primer concierto de rock, ya se imaginarán de quién era - sí, era de Charly
García quien venía por primera vez al Perú, en aquel recital entre sus músicos se
encontraban integrantes de la banda GIT (para ese entonces desconocidos).
Recuerdo “demoliendo hoteles”, “No quiero volverme tan loco”, y “no bombardeen
Buenos Aires”, ¿cómo un niño de 9 años fue a un concierto de rock? - fue en el "Gran Estelar" de la Feria del Hogar, mis padres me llevaron y dejaron allí para después de algunos minutos
recogerme, “sólo no tenía que moverme”, no existían tantos peligros como los que hay
en la actualidad.
Más vinilos y la colmena.
Desde pequeño tuve el hábito del
ahorro de mis propinas para comprar algo que codiciaba, recuerdo que una de las
primeras cosas fue un juego de fulbito tipo “patida gol” que me lo compré en una
tienda del extinto Centro Comercial Camino Real. El hábito del ahorro continúo
pero se traslado a la adquisición vinilos.
Los sábados mi papá me llevaba a
visitar a sus padres, mis abuelos Paulino y Libia, que eran comerciantes de res
en el Mercado Palomino de la Av. Venezuela, ya se imaginarán cuál era mi parte
favorita del mercado, visitar el puesto donde vendían discos. Con las propinas
que me daban mis abuelos me compré “¿Y ahora qué pasa?” y “Fuera del Sektor” de
Los Violadores, además de “Rocas Vivas” de Miguel Mateos. Para mi cumpleaños
número once mi padre me regaló “Locura” de Virus, quienes ese año se
presentaron en el gran estelar de la Feria del Hogar, y ahora sí presencié el
concierto completo. Recuerdo “Agujero interior”, “Pronta entrega”, “Una luna de
miel en la mano” entre otros clásicos, lástima que en esa época aún no existía
“imágenes paganas”.
El punto de quiebre ocurrió en
Octubre de 1988, cuando por primera vez pisé
la esquina de la Universidad Villareal, en la avenida La colmena, me mandaron
con mi “Abu” pues en aquel entonces ir al centro de Lima para muchos y en
especial a ese sitio era algo peligroso. El ver a los vendedores postrados
alrededor de la esquina en forma de “J” con sus maletas abarrotadas de K-set, y
los kioskos con vinilos, fue como hallar la tierra prometida. Ese día comprendí
que mi mundo sobre el cuál giraba la música era muy limitado, existían muchas
bandas por explorar así como diversos géneros dentro del rock.
Aquel día compré el “Songs To
Learn To sing” de Echo and the bunnymen y “101” de depeche mode. Llegué allí
por sugerencia de unos conocidos del colegio que escuchaban música subte y new
wave. En la Colmena conocí al “Chato Víctor”, al “Jhnonny”, Fidel M, y a otros
que ya no recuerdo sus nombres a causa de mi
vejez prematura.
quedé impresionado por la cantidad de cd’s y k-sets que habían, no se comparaba con lo que experimentaba cada vez que iba a La Colmena, claro que también influía el factor económico, pues era casi imposible que comprará discos originales, así que “caballero nomás” había que seguir coleccionado casettes piratas.
quedé impresionado por la cantidad de cd’s y k-sets que habían, no se comparaba con lo que experimentaba cada vez que iba a La Colmena, claro que también influía el factor económico, pues era casi imposible que comprará discos originales, así que “caballero nomás” había que seguir coleccionado casettes piratas.
El Cd y el arribo de las bendiciones.
La llegada de los 90´s fue
acompañada con la masificación del Cd, estos discos fueron dejando a un lado los k-set, además de
ahorrar bastante tiempo en la búsqueda de las canciones o pistas; en noviembre
del 91, salió el “Achtung Baby!” de U2, esperé con ansias su llegada, me lo
compré en k-set, para luego ahorrar y en mi cumpleaños 17 comprarme en Polvos
Azules (estaba al lado de Palacio de Gobierno) en disco compacto. Fue mi primer
Cd. Aunque por bastantes años seguí con mis cajitas de k-set. Hasta que las
bendiciones de la “Providencia” a mediados de los 2mil me hicieron realidad el
sueño de adquirir en mayor volumen discos y videos originales.Además de adquirir ediciones en box set o deluxe, puras frivolidades para la mayoría de mortales.
¿Otro blog más de música? ¿para qué?
Lamentablemente es otro blog más dedicado a la música, cuya única intención es satisfacer mis ganas de escribir sobre algunas bandas y el contexto en que se crearon sus discos, conciertos y mis apreciaciones. No pretendo estar a la altura de Rock de Lux o Rolling Stone, sino sólo cumplir con mi sueño de hacer lo que quiero. Espero darle la frecuencia necesaria para cubrir la austera cantidad de ediciones de cd y box set que poseo. Hasta la vista.