sábado, 23 de julio de 2016

SANTINO- Reseña

SANTINO
SANTIGO VEGA
INDEPENDIENTE
(2016)
El joven guitarrista de la banda de surf-rock Banana Child, Santino Vega, nos entrega su primer trabajo solista, titulado simplemente Santino, una producción sencilla sin más aspiraciones que la de transmitir de manera breve pero contundente su objetivo (vaya uno a saber si lo tiene), de compartir su música “casera” e íntima, oscilante entre el pop y el folk fantasmal, embargada por la nostalgia, sueños y frustraciones, apelando a guitarras electroacústicas, teclados y una voz fantasmal, que por ratos suena lánguida, a través de sus seis brevísimos temas.  Resultando muy atrayente lo que nos propone el músico.
Asimismo destacar la serie de títulos sarcásticos o fatalistas para sus canciones, que también podrían ser producto de un arranca de franqueza como “En mi mente hay una avalancha de problemas”, “Catarsis en Do Mayor”, “Si no puedo manejar mi vida, menos un auto”, “Mi perro se perdió el 2 de junio y hasta ahora no lo encuentro” o interés por lo extraterrestre en “Abducción” (única pieza electrónica del disco).
Espectral y cavernosa es la ambientación que nos presenta la nostálgica “Películas de amor”, cuyos teclados y guitarra acústica construyen una agradable melodía, enganchándonos en primera con su folk de “ultratumba”. El precario sonido de “En mi mente hay una avalancha de problemas” para nada interrumpe atmósfera retro-pop, cuasi “nuevaolero”. Los puenteos de una carismática acústica se exhiben mágicos en “Pequeñito”, casi arrulladores, hasta “hawaianos” por instantes, para luego enrarecerse, hasta ralentizándose, sonorizando por lo que se deja escuchar, una remembranza a la infancia.
Una sencilla marcha de guitarra acústica que irradia la intimidad de la habitación donde fue grabada se plasma en “Catarsis en Do Mayor”, seguirá la new wave “Si no puedo manejar mi vida, menos un auto”, única pieza donde se incluye bajo y suena sofisticada con respecto al resto de la obra. Una loa acústica a la fémina dueña, no sabemos si de su corazón o de un amor platónico se presenta en “No hay nada más bonito”, mostrando algunos coqueteos de bossa nova. Punteos ondulantes que se transforman en distorsión en la taciturna (y confesional) “Mi perro se perdió el 2 de junio y hasta ahora no lo encuentro”, pero los punteos volverán para hacerse coloridos e intentar sonar esperanzadores.
Finalmente la rara “Abducción”, se sale del cuadro con su sonorización electrónica, no era para menos con su título de clara alusión ufológica.  

Buen debut de Santino, logrando convencer con lo justo y necesario, mostrándose creativo y convincente con escasez de recursos (todo fue grabado en su casa con una interface JAM Apogee y un micrófono Shure Sv100). Anhelamos que siga dando rienda a suelta a su instinto de no hacer más de lo mismo y ser auténtico.  

miércoles, 6 de julio de 2016

SCALA MEGA HERTZ: WILDER GONZALES AGREDA-Reseña

SCALA MEGA HERTZ
WILDER GONZALES AGREDA
Super Space Records
(2016)
En esta nueva entrega, el músico experimental de Los Olivos, nos prepara un enajenado menú más espacial y cósmico, distante de los abstractos sonidos terrestres presentados en Lima Norte Metamúsica (2014), llegando aun a lo alienígena, persistiendo en sonar insano, arriesgado y complejo, pero en esta ocasión apoyándose de sonoridades IDM, electrónicas y ciertos trazos ambient.
Un repetitivo y desconcertante “men”, replicado de principio a fin por una enfermiza voz robótica, marca desde el arranque la insania de la propuesta musical de Gonzáles, sucediéndose sobre su interpretación androide, una serie de beats, descoloridos teclados, coquetas sonoridades a lo Chemical Brothers y esos extraños y densos ruidos y voces (suenan como a robot con arcadas) tan dementes que gozan de su predilección. La metálica “MF3”, no por practicar sonidos heavy metal ni nada por el estilo, sino por estar constituida sobre una serie de metales que resuenan inconexamente, crean una ambientación maquinal, sobre la cual Wilder proclama delirantemente “mental…mental es toda” y sus armoniosas (y lunáticas) onomatopeyas, conciben realmente una “marcianada”.
La cosa se torna algo mágica con los fantasiosos sonidos iniciales de “Wil Volador”, pero estos se vuelven cada vez más enigmáticos hasta llegar a lo misterioso, algunos toques de piano free-jazz por ahí y cíclicos golpes sintéticos que logran incrustarse en el subconsciente. Tras la sensación soporífera pieza, irrumpe la extraterrestre, “Ultratawa: Trans Andean Express”, cuyas sonoridades ufológicas se asemejan a las desarrolladas por los Boards of Canada, expulsándose chispazos IDM y la electrónica desarrollada por Silvania en su etapa terminal, pre-mutación Ciëlo, además de algunos ruidos maquinales dispuestos a lacerar los oídos y darnos de mazazos con sus atronadores golpes electrónicos.  
Sobre terrenos inhóspitos y colindantes con lo espeluznante, se dispara la compleja “Himeneo”. Luego, la sísmica “I Will Never Forget You 90’s”, de la que salen expulsados teclados cósmicos, se replican siniestras líneas de “synth” sobre ambientaciones desérticas, asomándose sobre el minuto siete, un escalofriante estallido maquinal (¿hemos sido encontrados por “aliens”?), logrando una sugestiva recreación de lo desconocido. La misteriosa “Ø”, edificada sobre lóbregos teclados, como Wilder lo dice en su letra, intenta recrear la sensación del vacío, hacer una descripción musical de este, envolviéndonos con su lúgubre sonoridad.
Nuevamente este artesano de la experimentación consigue otro disco “impuro”, alejado de los paradigmas sonoros convencionales, pero radical y de vanguardia. Otra obra meritoria más para este transgresor del sonido, en lo que va de sus dos décadas de tenaz persistencia en sus propias convicciones sonoras.   

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