LO
QUE NO PUDIMOS CAMBIAR
MI
JARDÍN SECRETO
Cuaderno
Roto Producciones
(2017)
La historia del ahora
cuarteto, se remonta al año 2004, cuando Víctor Hugo Vargas (voz), Cristhian
Manzanares (batería), Fernando Mora (guitarra principal), José Miguel Castro (bajo)
y Diego Bazán (guitarras), formaron parte activa del colectivo Internerds Records,
participando en algunos compilados y conciertos de la época.
En el año 2009 lanzarían su
primer álbum, “La Ciencia Y El Arte De La Falsificación”, producido por José
Javier Castro (El Aire), y contando con David Acuña, como ingeniero de
grabación, recibiendo buenos comentarios por parte de la crítica especializada.
Sin embargo, al año siguiente tras la partida de José Miguel Castro, quien fue remplazado
por Kaboogie, y finalmente la de Diego Bazán, el grupo decide separarse, dedicándose
los cuatro integrantes restantes a sus proyectos personales.
A mediados del 2014, Mi
Jardín Secreto decide volver a reunirse con la finalidad de crear nuevo
material, y este disco es el resultado de tres años de ensayos,
presentaciones en vivo y mucho ánimo de revitalizar su propuesta indie-rock,
expuesta en su primera entrega.
La incierta imagen callejera
de su portada, donde dos incógnitos personajes en medio de un cruce, y entre semáforos,
que no sabemos si se están encontrando con sorpresa, rumbo para confundirse en
un efusivo abrazo o están a punto de iniciar un acalorada pelea, refleja algo de esa “amistad”
o “pugna” en la que cohabitan sus variopintas sonoridades, donde a diferencia
de su antecesor, las piezas de rasgos melódicos y nostálgicos adquieren mayor
prominencia (por su cantidad).
Bajo la batuta de Gonzalo
Alcalde (líder de Los Protones) en la producción, Mi Jardín Secreto, inicia su
disco con “La Importancia De No Hacer Nada”, pista donde los músicos exhiben claramente
la influencia surf-rock de su productor, llevándonos a presumir que este nuevo
trabajo exhibirá mayores fusiones por esas vertientes sonoras, pero estas suposiciones
se caerán junto con la culminación del tema, pues las playeras melodías no
regresarán más.
Gonzalo Alcalde (productor), Fernando, Cristhian, Víctor Hugo y Kaboogie |
La melódica “Hay Tanto
Espacio”, con la ensoñadora voz de Susana Cebrian (Gomas), endulzándonos los sentidos,
establece un lar para el solaz ante la avalancha de ruidosas cuerdas recibidas,
pero el aparente sosiego es algo enturbiado por el asomo de duras guitarras y
alternándose el canto con Víctor Hugo Vargas. Más rock-pop melódico prosigue
con “Efectos Espaciales” y sus interesantes cambios de ritmo, acelerando y
reduciendo la velocidad sonora con propiedad.
Los rasgos melódicos de “Luces de Ciudad”, ya lucen previsibles a este punto, asimismo en la nostálgica
“Ya No Hablo Con Voz de Ayer”, pero la inclusión de un sensual saxofón de Jorge Cavero y
ásperas guitarras la sacan de su reposada estancia. Sucede lo opuesto con la electroacústica,
“Lo Que Los Amigos No Van A Entender”, cuyos endiosados teclados y
distorsionados riffs ofrecen un magistral cierre.
Las vertiginosas (y etéreas) guitarras
regresan triunfalmente en “Ellos Viven”, con vaivenes sonoros que se desplazan entre
la tempestad y la calma, mutando por diversas sonoridades, incursionando elegantes
toques de teclado, distanciándose totalmente de
su veloz inicio. En la breve “Infame”, retorna el ruido y las guitarras se
encargan de recrear una lucha entre ellas. Mientras que el reflexivo pop-rock
de “Nadie Preguntó Por Ti”, con sus excitantes cuerdas oníricas ponen punto
final al segundo álbum de Mi Jardín Secreto, que también contó con la participación de los músicos David Acuña, Jimmy Andaluz,
Ricardo Canales y Francisco Chirinos.
Finalmente, nos quedamos con
los episodios más galopantes, desenfrenados y ácidos de esta producción, pues es allí
donde los Mi Jardín Secreto nos cautivan, nos “ahogan” con su marea de guitarras
distorsionadas, y disfrutamos al máximo de sus ambientaciones repletas de
adrenalina y delirantes en emociones.
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