El
título de este artículo puede sonar pretencioso, sobredimensionado, reflejar
subjetivismo propio de la emoción, alejado de la razón y para algunos fans de Funeral
podría sonar profano. Pero es el pensamiento que se me viene a la mente cada
vez que escucho The Suburbs. La
experiencia es muy similar a la experimentada en mi juventud, cuando en el
estéreo sonaban álbumes que han marcado mi vida como Songs To Learn And Sing
de Echo And The Bunnymen, Achtung
Baby! de U2, Violator o Songs Of Faith And Devotion
de Depeche Mode, Disintegration de The Cure, discos que no paraba de escucharlos
una vez tras otra, disfrutándolos ya sea moviéndome, bailando o recostado sobre
mi cama al compás de sus canciones.
El
tercer álbum de los canadienses, es la obra de arte no solo del catálogo de la
banda sino de la década, un disco casi perfecto, salvo una muy ligera laguna
sobre el final, pero que para nada opaca el resultado total. El sonido barroco y grandilocuente que Arcade
Fire ya había presentado en Neon Bible, ahora lucía más
equilibrado, poniendo lo justo, sin exageraciones, con canciones brillantes que
duran lo necesario como para hacernos sentir en la gloria, combinándolo en esta
ocasión con sonoridades, new wave, synth-pop, folk, techno y disco.
Si Funeral
representó el despegue a la exosfera, Neon bible la mantención en ese nivel, The
Suburbs significó la
confirmación de Arcade Fire como banda de peso, como una de los mejores bandas
nuevas del mundo. Si bien Neon Bible era un buen álbum, había
dejado una señal ambigua entre su público y la crítica, para algunos se trataba
de un descenso musical, mientras que para otros parte de un proceso de
transición musical o el punto de partida hacia algo mucho mejor. Felizmente
significó lo último.
“SOMETIMES I CAN’T BELIEVE IT, I’M MOVING PAST THE
FEELING”
“Muchos
de mis ídolos, desde Bob Dylan a Joe Strummer, eran muchachos de extrarradio
que tuvieron que fingir que viajaban saltando de tren en tren toda su vida”,
declaró Win a NME en mayo del 2010. “Lo
que hacemos en The Suburbs es hablar
sobre una experiencia real en vez de fingirla”. Y es que la inspiración del álbum tiene su
origen en las experiencias que los hermanos Win y William Butler tuvieron como habitantes
del extrarradio de Houston, Texas, por eso para Win The Suburbs “…es una
carta desde el extrarradio”.
Musicalmente
Win definió el sonido del disco como “una
mezcla entre Neil Young y Depeche Mode”, en su intento de reproducir aquellos
sonidos de las bandas que escuchaba de
adolescente y le parecían alucinantes. Los elementos temáticos y musicales
hacen de The Suburbs un álbum conceptual.
El
álbum se grabó en gran parte en el estudio casero de la residencia de Win
Butler y su esposa Régine, en Montreal, otras partes se grabarían en Québec y
New York. La característica de su grabación fue el hacerlo primero en un disco
de acetato, y posteriormente transferirlo a formato digital, de esta manera las
ediciones digitales y en Cd sonaría igual que en vinilo.
El
esperado tercer álbum fue lanzado por Merge Records en Norteamérica y por
Mercury Records en Uk, el 2 de agosto del 2010. Aunque días antes de su
lanzamiento se filtraron y circularon por la web los audios de algunas
canciones. El 20 de agosto se publicó un video del tema “Ready To Start”,
recogiendo imágenes de un concierto de la banda en Londres, realizado el 7 de
julio de ese año.
El 18
de noviembre del 2010, saldría el videoclip del tema “The Suburbs”, dirigido
por Spike Jonze. El clip fue filmado en Austin, Texas, observándose un grupo de
adolescentes de los suburbios haciendo travesuras, Win y Régine participan en
el film musical como agentes policiales.
Este video es parte del corto Scenes From The Suburbs, que se
estrenaría en el Berlin International Festival del 2011.
The Suburbs
debutaría N°1 en Irlanda, Uk,
Estados Unidos y Canadá. Ganaría el premio al Álbum del año en el Grammy
Awards, Juno Awards, Polaris Music Prize, Brit Awards del 2011.
THE SUBURBS
Una de
las principales característica del álbum, es que los Arcade Fire, nos llevan de
un lado para otro, con sus melodías y ritmos, bajo una estructura de constantes
cambios de estilos, del folk, al rock, a la psicodelia sinfónica u orquestal, a
la electrónica, desde su arranque demoledor con
“The Suburbs” hasta el sexto tema, “City With No Children”. Donde la
banda nos da sin piedad a nuestros sentidos, dejándonos sin aliento, ante
tantas emociones experimentadas alrededor de todo ese grupo de canciones iniciales.
Está en su variedad de estilos la clave para que The Suburbs nos mantenga
hipnotizados a lo largo de sus 63 minutos de duración, así como en su
contundencia, eclecticismo, matices y luminosidad, logrando
un disco monumental, una obra maestra.
The
Suburbs es un álbum sin himnos, sin temas para ser coreados
en un estadio, pero a cambio los canadienses nos entregan un grupo de canciones
que encajan a la perfección, su grandilocuencia sonora edificada sobre la multi-instrumentación,
con la new wave y el pop, unión que
tiene su mejor ejemplo en la espectacular “Rococo”, llevándonos a recónditas zonas
del subconsciente.
Arcade
Fire demostró que estaba para grandes cosas, e ir más allá de su auspicioso
debut, su ambiciosa propuesta para este álbum lucía una riqueza sonora como
pocas bandas en el mundo. Habían hecho
algo especial.
El
piano “folkie” de “The Suburbs” es un perfecto inicio para el álbum,
vislumbrando una prometedora experiencia musical, su pegajosa marcha,
además de ese genial falsete de Win en el estribillo, antoja acompañarlo. Su
sonoridad nos hace transitar entre el western y los “salons” añejos de
Nashville. En el tema, Butler irradia
nostalgia por la adolescencia perdida (“When
all the walls they built in the 70s finally fall, when all the houses they
built in the 70s finally fall… Meant nothing at all?”) A
pesar de su optimista melodía. Enganchada nomás sigue la vertiginosa “Ready To
Start”, una potente y contagiante pieza rockera, destacando su punzante línea de bajo,
y una serie de ruidos coqueteando con el shoegaze. El comienzo del álbum no
pudo ser más apoteósico.
Arcade Fire en el Reading Festival 2010 |
Reduciendo un poco las
revoluciones sigue “Modern Man”, la primera aproximación new wave, del álbum,
cuyos crescendos resultan alucinantes,
aunque su instrumentación suena un poco “seca” por intentar darle una
definición, aún así es un tema maravilloso por su agradable mediotiempo, en
donde líricamente Win cuestiona las
supuestas virtudes de ser moderno en una sociedad que no lo es. Empalmada, sin silencios, continúa la majestuosidad barroca de “Rococo”, grandilocuente al
extremo, maravillosa, alucinante, épica, impecable, emotiva, hipnótica, mágica
pieza, cuyos fantásticos e imponentes arreglos constituyen a los Arcade Fire,
como unos extraordinarios arquitectos del sonido, esas texturas y atmosferas
que logran construir son realmente maravillosas, es imposible que uno no pueda
dejarse envolver y llevar a través de sus capas sónicas, sus etéreos coros son
realmente de ensueño, un tema perfecto. “Al hilo” prosigue la acelerada y breve “Empty Room”, teniendo como estandarte la
dulce voz de Régine, casi asfixiándonos ante tanto frenesí y movimiento,
compuesto por una muralla de sonidos garage, lo-fi, noise, y set de violines
con sintetizadores. Sin parar es el lema del álbum, así que al instante irrumpe
el bajo, las guitarras y los psicodélicos teclados de “City With No Children”, destacando
el bellísimo juego de voces de los esposos Butler.
"Sabíamos que te gustaría The Suburbs" |
Luego de tantas emociones
experimentadas y de haber estado moviéndome sin parar al compás de todos estos
temas, por fin los canadienses me dan un respiro, con la hermosa y sinfónica
“Half Light I”, una especia de balada orquestal que termina encontrándose con
guitarras y sintetizadores, creando un ambiente sonoro majestuoso, en donde otra vez Régine se encarga de encandilarnos con su voz. Una
pieza perfecta para cualquier relato mágico. Otra vez sin piedad, los Arcade
Fire, le siguen dando a donde más le gusta a mi emoción musical, con la mezcla
disco-new wave, techno de “Half Light II (No Celebration)”, su ritmo galopante
es acompañado por los lamentos de Win y Régine intercambiando funciones
vocales.
Esos geniales punteos de
guitarra de “Suburban War” y su atmosfera folk, son espectaculares, además de
la voz de Win pareciendo encarnar a Bruce Springsteen, una canción que va
ascendiendo hasta llegar a increíbles climas sonoros sobre el final en donde un
descarnado Butler declara “All
my old friends, they don’t know me now”. Toda esa temática de lamentos
sobre conflictos culturales, étnicos y raciales propios de la urbe se da contra
la pared con la adrenalina rockera de “Month Of May”, otra vez el cambio de ritmo se hace presente
con la folk “Wasted Hours”, por esa misma senda sonora sigue “Deep Blue”, tema
que guarda ciertas deudas con el primer Bowie y cuyo delicado piano la hace
sonar sencillamente brillante.
Los teclados y los estribillos de “We Used To Wait”
crean un ritmo irresistible, otro tema emblemático del álbum. “Sprawl” es
demasiado triste para este disco, le da un ligero bajón al mismo, no porque sea
un mal tema, es más se trata de una buena balada minimalista, desgarradora,
pero no termina de cuajar con el resto del álbum, su contraparte es la
bellísima pieza disco-synth “Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)”, que
combinándose con la hermosa voz de Régine, me hacen estremecer hasta las
lágrimas al no poder creer estar escuchando una melodía y música tan perfecta,
exquisita y bonita, ¿Será acaso ese aire ochentero y electrónico del tema, que penetra
hasta lo más profundo de mis recuerdos y corazón lo que me conmueve del mismo?
La banda hizo con esta canción lo más arriesgado en su carrera, y le salió
fenomenal, y de paso una de las mejores canciones de todo su repertorio.
Arcade Fire ganando el Gramy al álbum del año (2011) |
Finalmente cierra el breve reprise de “The Suburs”
a manera de conclusión de esta obra maestra, su sonoridad compuesta por
arreglos de cuerda, cellos y la triste interpretación de Win logra sonar como
una especie de recuerdo lejano.
Con The Suburbs Arcade Fire demostró que podía crear
canciones con singular maestría sea del estilo que fueran, su majestuosa música
terminaría conquistando al mundo y sus principales festivales rockeros. El
éxito alcanzado por la banda era más que meritorio, nos terminaron de
convencer, y colocarlos en nuestro altar de bandas consagradas y de paso
renovando nuestra esperanza en el pop del mañana….aunque tres años después la
historia sería algo distinta.
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