MOON
SNOWBIRD
BELLA
UNION (2014)
Empatía, palabra tan mentada y
necesaria en nuestros días, es descrita como un sentimiento de participación
afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra. En la antigüedad
Aristóteles afirmaba que el ser humano sentía
la necesidad de juntarse con otros semejantes para poder realizarse como tal. Es
así que este sentimiento se vuelve vital en las relaciones humanas, y
llevándolo al ámbito musical concibe actos sonoros tan maravillosos como Snowbird, proyecto conformado por el ex
Cocteau Twins Simon Raymonde y la extraordinaria voz de Stephanie Dosen quienes a través de su esplendido álbum
debut Moon plasman bellas y
conmovedoras melodías. Antes de la salida del álbum Raymonde había puesto la
voz de alerta: “sería raro que no les
haga acordar a Cocteau Twins.”
Cuando Cocteau Twins dejó de
existir, durante muchos años solo nos quedó consolamos con las
remasterizaciones de sus obras y compilados. Ante la sequía de artistas de similar
calibre, nos cae como una refrescante y revitalizadora gota de agua este álbum de once extraordinarias canciones
nacidas de la empatía musical, Raymonde confirma este postulado al señalar lo
siguiente sobre su compañera sónica: “Ella
es una cantante muy especial y siento que la simpleza de mi música fue el fondo
perfecto para sus historias y su
increíble arreglos vocales…Stephanie fue la primera cantante con quien trabaje
desde Elizabeth Fraser (Cocteau Twins) con la que realmente tenía empatía musical.”
“NUNCA
INTENTÉ QUE COCTEAU TWINS SEA MI ÚLTIMA BANDA” Simon Raymonde
Después de haber sacado sus
discos con 4AD los Cocteau Twins Robin Guthrie y Simon Raymonde decidieron
formar su propio sello, Bella Union en 1997, convirtiéndose en una de las
principales responsables de la difusión de los proyectos más interesantes de la
escena independiente como Dirty Three, Fleet foxes, The Czars, Beach House,
Wild Nothing, así como los discos solistas de John Grant, entre otros. Volviendo
a los orígenes de Bella Union, ésta continúo a pesar de la separación del trío escocés
y la posterior partida de Guthrie de la
discográfica en el 2000, dejando a Raymonde en la dirección completa del sello.
El último trabajo de Raymonde fue
Blame Someone Else (1997), también participó en el pretencioso
y bien logrado proyecto de 4AD This Mortal Coil. Pero su cargo
directivo lo había alejado un poco de los estudios para dar rienda suelta a su
instinto creativo. Sin embargo ese estado cesó cuando conoció a Stephanie Dosen,
la cantante norteamericana proveniente de Wisconsin, quien no es ninguna novata,
lleva una carrera musical de dos décadas, resaltando su participación en la
gira del 2008 de los Massive Attack, anecdóticamente los británicos también le
habían pedido a Elizabeth Fraser que los acompañara, y su colaboración para los
Chemical Brothers en el track “Futher”.
La historia musical de Dosen se inicia en 1994 con su banda techno-ambient Virus. En
el 2002 lanzaría su álbum en solitario Ghost, Mice & Vagabonds, Raymonde
quedaría cautivado con la cantante y produciría su segundo disco A
Lily For The Espectre (2007) distribuido a través de Bella Union.
Producto de la ya mentada empatía musical entre ambos artistas, nació snowbird,
ofreciendo un concierto debut en junio del 2009 en el Union Chapel, Islington. La
banda grabaría ese mismo año un cover de Pink Floyd “Goodbye Blue Sky”, que
aparecería en el The Wall Re-Built! Una compilación tributo al legendario álbum The
Wall que apareció gratuitamente con la revista Mojo en diciembre de ese
mismo año.
MOONLIT+ TECNOLOGÍA=
MOON
Establecido en Londres, Raymonde
adquiriría un piano pequeño (baby grand piano) en una subasta on-line y
encontrando espacios dentro de su apretada agenda para tocarlo a la luz de la
luna, sería el inicio de Moon. “Escribí cada pieza de música en la noche, casi en la oscuridad para no
sentirme que estaba en el living room…la luna fue muy importante por la luz que
reflejaba” confesaría Raymonde. Al respecto Stephanie Dosen manifestaría “toda la historia del registro son relatos
nocturnos, bosques e iluminaciones bajo
la luz de la luna”.
Stephanie establecida en North
Carolina (EEUU), recibiría por mail piezas cortas de piano, cada noche por 12
días de parte del ex Cocteau, mientras la
cantante devolvería cada mañana al músico asombrosos registros vocales. Después
de dos semanas, Snowbird tenía las bases de lo que sería su primer álbum. Gracias a la tecnología las ideas musicales de
ambos músicos, separados por el Atlántico, lograron unirse y plasmarse
finalmente en once bellas composiciones, que además contaron con la
colaboración del baterista Philip Selway y guitarrista Ed O’Brien, ambos de Radiohead,
del guitarrista Eric Pulido y el baterista McKenzie Smith, ambos de Midlake y dos más guitarristas Paul Gregory (Lanterns
On The Lake) y Jonathan Wilson.
A pesar de tan importantes
participaciones Raymonde declararía que “…habiéndoles
añadido su magia al registro fue fascinante, pero en verdad. Pienso que es más
un registro de Stephanie”, y razón no le falta al buen Simon, pues la voz
de Dosen, se convierte en la pieza clave para que este álbum suene tan hermoso
y sea el principal foco de atención de la obra, robándole el protagonismo a su magnífica
instrumentación.
El finalmente se lanzó el 27
enero de este año, en una impecable edición de lujo, de elegante digipakc,
conteniendo dos discos, el primero titulado Moon trayendo el álbum original y el segundo
denominado Luna, bonus disc con los remixes hechos por RxGibbs de todos
los temas de la obra, el natural de Michigan, ha logrado unas espectaculares
versiones de las canciones, al añadirle beats, creando paisajes de otro mundo,
esculpiendo en cada toma su particular visión de lo que para él es belleza, a
través de la electrónica, mostrándonos el otro lado de la luna.
MOON (2014)
Sobre las bases del piano de
Raymonde transita durante todas las canciones la bella voz de Stephanie,
logrando once tiernas y luminosas baladas que de principio a fin nos introducen
por en medio de ensoñadores paisajes sonoros embargados de calma, melancolía y
serenidad, nacidos del amor, de la intimidad, y de la empatía musical (sí otra vez lo menciono). En
donde sus exquisitas melodías irradian cierto misterio respecto a ese objeto llamado
luna.
A pesar de la separación física de
sus compositores al momento de su creación, Moon se caracteriza por su uniformidad e
intimo sonido. Cuando apenas escuchamos los primeros acordes de “I Heard The
Owl Call My Name”, resulta imposible no empezar con las (¿odiosas?)
comparaciones con Cocteau Twins e imaginar cómo hubiera sido un nuevo álbum del
fenecido grupo, pues el tema posee esa mágica combinación de voces propia de
los escoceses y sus efectos ondulantes de guitarra. En la hermosísima balada “All
Wishes Are Ghosts” Simon Raymonde pone
su rúbrica con su piano, mostrándonos sus grandes dotes como músico, que junto
a la voz de Dosen, golpea con fuerza al corazón, de los mejores temas del álbum. El pedal Steel,
el piano y la etérea voz de Stephanie en “Charming Birds From Trees” nos llevan por
parajes de ensueño.
La suave acústica de las guitarras,
percusión y piano más la dulce voz de Stephanie se convierten en una agradable
caricia para nuestros oídos en “Where Foxes Hide”, en temas como “Amelia”, “Bears
On My Trail” y “Porcelain” prosigue el trato con cariño a nuestros sentidos,
destacar la última pieza en mención, nostálgica canción escogida con justicia
como single del álbum. Susurrantes voces yuxtapuestas van en ascenso hasta ser
irrumpidas por rasgueos de guitarra que nos trasladan a oníricos ambientes en
la etérea “Come To The Woods”, “We Carry White Mice” se convierte casi en un
canto a capella, donde la voz de la dosen solo es acompañada por el piano. El piano
de Raymonde y los efectos de guitarra de O’Brian crean una trágica atmosfera
para un triste canto en “In Lovely”. Finalmente “Heart Of The Woods” la pieza
que cierra el disco se sale un poco fuera del cuadro, al contrastar con la
simpleza de los temas anteriores, por su beat inicial y sus programaciones, convirtiéndose
en una buena introducción de lo que será el disco extra. Llevándonos por otras
latitudes sonoras.
Snowbird consigue con Moon
transportarnos a lugares mágicos y misteriosos, en donde lo angelical se mezcla
con lo fantasmagórico, cuyos once temas exhiben un atmosférico y gaseoso pop,
lleno de música elegante, delicada y celestial. Hecho por alguien como Raymonde
que
sabe cómo hacer dream pop, y de quien espero pase más tiempo en los estudios de
grabación que en la oficina: y aunque parezca exagerado este álbum terminará
con la nostalgia de encontrar música semejante a la realizada por los Cocteau
Twins, sin ser una fiel imitación de ella, y se erige desde ya como un firme
candidato a disco del año.