WARPAINT
WARPAINT
ROUGH TRADE (2014)
Las chicas de Warpaint con su álbum debut The
Fool (2010) habían impactado a la prensa especializada con su sencilla
pero efectiva propuesta musical, propia de un alucinante soundtrack hecho para
caminar por en medio de calles solitarias y suburbios, es por ese entonces que
la expectativa sobre la banda fueron creciendo en relación a su prometedor
futuro, pues no era común hallar a un grupo de féminas apostar por la
exploración sonora y la psicodelia. Su segundo epónimo álbum, lanzado el 20 de
enero pasado ha pagado con creces la larga espera, al entregarnos un trabajo
más sinfónico, denso, atmosférico y rico en texturas, con arreglos guitarras que crean ambientes más ensoñadores, entremezclándose con sonidos
de hipnótico trip-hop, jazz y hasta electrónica que enriquecen grandemente su
obra.
Warpaint es un disco arriesgado y plagado de excelentes canciones, para
saborearles una y otra vez e ir encontrándoles tras cada nueva escucha razones
de sobra para regocijarnos con sus magníficos temas, al estar poblados por una
serie de detalles y recursos que se convierten en todo un festín ir
descubriéndolos poco a poco; y es que mucho de su excitable sonido se debe al
talento de sus integrantes sumado a la mano divina del reconocido productor
Mark Ellis, mejor conocido como “Flood” (Depeche Mode, U2, Nick Cave & The
Bad Seeds, entre otros). Logrando que el sonido de la banda suene más sólido y
maduro.
Al igual que las Dum Dum Girls, estas féminas toman
como base lo nebuloso y grisáceo de su propuesta musical y visual, para captar
la atención de quienes estamos en la búsqueda no de un “remember” new wave ni
dark 80s-90s, sino de sonidos que realmente nos vuelvan a emocionar, que nos dejen
huellas que perduren con el paso del tiempo, que nos haga renovar la fe en las
generaciones emergentes dentro del mundo pop.
Oriundas de Los Angeles, las Warpaint iniciaron su
actividad musical el 15 de febrero del 2004, tocando dentro del circuito de L.A. durante
tres años, captando a sus fans con canciones como “Stars”, “Beetles” y
“Elephants” que formarían parte su auspicioso debut, el EP Exquisite Corpse (2008). En
el 2009 firmarían con discográfica Rough Trade, emprendiendo una extensa gira
por los Estados Unidos y Europa, lanzando el 25 de octubre del 2010 su primer
álbum, The Fool, recibiendo muy buenas críticas de la prensa especializada.
Las nenas de Los Ángeles con su nuevo disco, nos
demuestran que The Fool no había sido un feliz y espontáneo chispazo creativo, sino el inicio de una
fructífera carrera, por cierto muy ajena a los cánones “mainstream”. En una
entrevista para NME, la baterista Stella Mozgawa afirmó que Warpaint planeaba hacer un “experimento y escribirlo…”. Jenny Lee Lindberg bajista del grupo quien elaboró
la composición del nuevo material, señalaría que la mayoría de las canciones
fueron escritas “en medio de pruebas de sonido,
ensayos y cosas que fluían en el escenario”.
La guitarrista y cantante Theresa Wayman manifestaría que la intención de la
banda, era crear un sonido minimalista en Warpaint, experimentando más con guitarras
acústicas e instrumentos de percusión. Mientras que la también guitarrista y cantante
Emily Kokal resaltaría que el R & B y la música rap influenció en el sonido
de Warpaint,
señalando además que en el álbum
se incorporaron cajas de ritmos y ruidos que crearon ambientes sonoros
peculiares a los estándares del rock, obteniendo un sonido “definitivamente diferente” al de su primera
larga duración. Afirmación totalmente cierta, pues Warpaint es más rico en
atmosferas sónicas y más pulido artísticamente que su álbum debut.
Las
primeras escuchas del disco, nos puede sonar a característico post-punk,
experimentando una especie de revival noventero entre The Cure etapa Wish con
trip-hop, con sonoridades más atmosféricas, etéreas y espectrales, matizadas
con psicodelia, como si las féminas brindarían tributo a sus influencias, pero
no es así, pues las californianas demuestran que a partir de ese bagaje sónico,
son capaces de llevarnos por sensaciones que transitan entre lo placentero y lo
difícil, adornadas por sus sensuales y fantasmales voces. A pesar de no haber espacio para canciones bonitas
como “Baby” sino para encontrar el éxtasis en los arreglos de cuerda y las seductoras
voces de sus cantantes, las californianas nos muestran que en medio de sus
oscuras y tenebrosas sonoridades, al igual que otras mujeres del pasado como
Siouxsie, podemos encontrar la belleza, y que entre tantas atmosferas grises
existe lugar para delicadas texturas sonoras.
El envolvente bajo de su excepcional bajista se
convierte en el soporte principal sobre el cual giran las melodías y
estructuras sonoras de Warpaint, muestra de ello es su
adictivo single “Love is To Die”, en donde Jenny Lee se porta como la alumna
más aplicada de Simon Gallup.
Warpaint se inicia con el breve
instrumental titulado “Intro”, en donde sobre la base de una jazzística
batería, fluyen lacerantes guitarras que nos van introduciendo desde el
comienzo a su etéreo mundo sonoro, abriendo paso para la siniestra “Keep It
Healthy”, sonando al Radiohead de inicios del nuevo milenio, tanto por sus
cuerdas como por su percusión, en donde las voces de Emily y Theresa resultan
somníferas.
“Love Is To Die” es sin duda el punto cumbre de la
obra, desde su etérea y breve introducción, va surcando el camino por donde
transitará el hipnótico y envolvente bajo, para luego entremezclarse con las
cuerdas de las guitarristas, evocando a Cocteau Twins y al Cure de su etapa Disintegration-Wish, en
donde la densidad del tema juega con nuestras emociones, producto de la
exploración sónica, virtuosismo y exquisitez de su ejecución. Prosigue “Hi”,
que se constituye en el primer brochazo trip-hop de la obra, atrevido y potente tema que nos recuerdan a
los Massive Attack en su etapa de esplendor, pero haciéndonos suponer que los
bristolianos quisieran tocar en clave post-punk.
En “Biggy” sus cautivantes arreglos electrónicos combinándose
con el encanto vocal y melódico de su intérprete, trae como acompañante una
reposada percusión, resultando todo un manjar sonoro, otra vez la evocación al
mejor trip-hop de Bristol, es evidente. “Biggy” es realmente una pieza cuya
magistral sonoridad nos termina hipnotizando gracias a su seductora estética
sónica. Pero todavía hay más, pues “Tesse”
se sale aún más del molde lúgubre del disco, con su desconcertante inicio de
cuerdas acústicas que luego irán desvaneciéndose para nuevamente envolvernos
con sutiles arreglos electrónicos y de percusión, además de dejarnos
embelesados con sus dulces coritos con ciertos aires a la Björk del Vespertine.
Pero todavía resultará aún más desconcertante escuchar de en medio de las
tinieblas un tema como “Disco//Very” (¿admiración por los Pet Shop Boys?), en
donde nos muestran su faceta más experimental y aventurera, creando una rareza
exótica de corte dance, hip-hop y electrónica que nada tiene que ver con todo
lo hecho por las féminas, siendo llamativo su desenfadado canto cuasi “gangsta-rap”.
Con la reposada pieza de arte llamada “Go In”, las Warpaint nos terminan por
desubicarnos, al dejarnos desorientarnos con sus tenues pinceladas jazzísticas y tribales, explorando
con sonidos innovadores que destilan cierta bruma que paradójicamente resulta
agradable, en donde la voz nuevamente se luce en medio del bizarro clima
sonoro. A esta altura del álbum cabe preguntarnos ¿hacia dónde quieren llevarnos estas mujeres?
Pues sencillamente a los territorios sónicos que se les antoje, pues no nos
queda otra que caer presos de sus seductores encantos sonoros.
Warpaint en Coachella 2014 |
Y es que las Warpaint pueden hacer lo que quieran
con nosotros, al tenernos rendidos ante sus pies e hipnotizados musicalmente. Es
así que “Feeling Alright” se convierte en otra delicia, aunque la pieza se
encarga de reorientarnos un poco hacia el camino sonoro inicial de la obra.
Luego continuará ese sonido amenazador, crudo y minimalista de “CC”, que es
realmente espeluznante y espectacular, dispuesto a perturbar la estabilidad emocional
de su oyente, en donde los teclados y las voces lucen de manera caótica, y su
atemporal percusión ambienta un clima con semejanzas apocalípticas, sin duda otra
genialidad del disco. El minimalismo ambient y electrónico de la confusa
“Drive” nos ofrece otro corolario más de
lo que son capaces de lograr estas chicas con sus exploraciones sónicas. Para cerrar el disco, las Warpaint nos
entregan la desgarradora “Son”, en donde funestas y desesperanzadoras voces son
acompañadas por toques sutiles de piano, cuerdas y batería, creando una elegíaca y conmovedora
pieza.
Como palabras finales para el álbum, resaltar el
extraordinario trabajo de su baterista,
Stella Mozgawa, sabiendo manejar los tiempos, cuando marcar el
ritmo y salirse del mismo. La constitución de las voces de Emily y Theresa como
otro punto alto, sonando por momentos cándidas, espectrales y hasta
fantasmagóricas. Los etéreos y sinuosos arreglos de guitarras en combinación
con sintetizadores y otros ruidos ambientales, crean unos ensoñadores climas
sonoros para nada angelicales sino tensos, que nos mantienen en suspenso y
colindantes con lo terrorífico.
Espectacular show el ofrecido en Coachella |
Con esta segunda entrega, Warpaint demuestran poseer
una personalidad como pocas bandas (incluidas la de varones) basada en la
interacción de sus integrantes, tanto dentro del estudio como en sus extraordinarias
presentaciones en vivo, como la realizada en el reciente festival Coachella, en
donde terminaron de conquistarme. Desde
ya con desmedido entusiasmo anhelo el arribo de su tercer álbum, que espero no
se haga esperar como éste. Sin duda las mujeres “siguen dando la hora” dentro
del panorama actual del rock-pop independiente.