martes, 10 de noviembre de 2015

MATUS: CLAROSCURO - reseña

CLAROSCURO
MATUS
ESPÍRITUS INMUNDOS
(2015)
La banda liderada por Richard Nossar nos entrega su quinto álbum en casi una década de prolífica y “underground” existencia “hardrock”. A diferencia de su anterior producción, en esta Matus, deja un tanto las sonoridades eclécticas, pero sin descuidar la experimentación con la psicodelia, blues, jazz, doom y el heavy metal. Digamos que se trata de un disco más rockero, más duro, más “retro”, donde también has espacio para momentos apacibles, como en la conmovedora “Crisálida” o en la tierna “Firmamento”.  
Precisamente la dureza es marcada desde el principio, con la densa marcha de guitarras, en clave Black Sabbath, lideradas por unos penetrantes punteos al que se le une los delirantes sonidos del theremin, emulando a la voz de una ¿”encantadora”?, dándonos la bienvenida al surrealista mundo sonoro de Claroscuro, con la psicodélica “Umbral”. La música de la pieza inicial muta tras el fraseo final “No temas más/Entra en la niebla de neón” transformándose en una sonoridad lóbrega  cuyas delicadas cuerdas acústicas serán irrumpidas por los sonidos espectrales emanados desde el theremin, este breve halo recibe el nombre de “Niebla de Neón”.  Casi sin respirar prosigue la pesada “Mío es el Mañana”, relatándonos acaso la historia futurista de un humanoide o la pronta deshumanización de nuestra raza. Destacándose sus sonidos macizos y atmósferas enajenadas, que resultan también por momentos ascendentes y triunfantes.
Finas cuerdas intercalándose con espaciales teclados y tiernos golpes de piano, iluminan la obra tras minutos de corrosivas guitarras, en la romántica “Firmamento”, aunque los “penitentes” platillos del final nos preparan para subirnos al sonido galopante y blusero de “Rompecorazones”, cuyos delirantes wah wah y teclados logran hipnotizarnos, pero el frenesí es abortado por la sugestiva pieza instrumental de percusión “Jenízaro”, donde su baterista Walo Carrillo, exhibe sus dotes. Bondades que seguirá demostrando combinándose sus tambores con las duras guitarras de otra pista instrumental, “Paisajes del Futuro”. Atmósferas sombrías son construidas merced a sus tristes  cuerdas acústicas y la bella pero desolada y lamentosa onomatopeya de Veronik, en la taciturna “Crisálida”, sin duda la mejor del disco. Las piezas instrumentales concluirán con la bohemia “Bizarro Cabaret”, donde Veronik ensaya un "vocalese" sobre bases jazzísticas, soportadas por piano, trompeta y batería, atrapándonos con su nebulosa ambientación.
La expansiva “Hada Morgana” de punteos bluseros y psicodélicos, y delirantes teclados ponen el cierre al disco, dejándonos con las ganas de escuchar más, pues los 28 minutos de duración nos quedan realmente cortos. ¡Queremos más! Al igual que tras escuchar Espejismos (2014), resulta desafiante encasillar el estilo de Matus, solo podemos afirmar que es música delirante, onírica que nos lleva a fantasear con lo extraño, conservando esa atmosfera mística de su anterior trabajo, aunque en esta ocasión en una dosis menor. Es meritorio que Veronik (voces, theremin y etc de instrumentos), Walo (batería) Manuel Garfias (guitarras), Richard Nossar (guitarras y teclados) y Alex Rojas (vocales) y sus músicos invitados nuevamente nos hayan dejado satisfechos haciendo lo que les dicta su libertad sonora sin prejuicios ni concesiones.              




Lee nuestra reseña sobre su disco anterior Espejismos en http://tesorosenlatierra.blogspot.pe/2015/01/matus-espejismos-reedicion-cd.html


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