CLAROSCURO
MATUS
ESPÍRITUS
INMUNDOS
(2015)
La banda liderada por Richard Nossar nos
entrega su quinto álbum en casi una década de prolífica y “underground” existencia
“hardrock”. A diferencia de su anterior producción, en esta Matus, deja un
tanto las sonoridades eclécticas, pero sin descuidar la experimentación con la psicodelia,
blues, jazz, doom y el heavy metal. Digamos que se trata de un disco más
rockero, más duro, más “retro”, donde también has espacio para momentos
apacibles, como en la conmovedora “Crisálida” o en la tierna “Firmamento”.
Precisamente la dureza es marcada desde el
principio, con la densa marcha de guitarras, en clave Black Sabbath, lideradas por
unos penetrantes punteos al que se le une los delirantes sonidos del theremin,
emulando a la voz de una ¿”encantadora”?, dándonos la bienvenida al surrealista
mundo sonoro de Claroscuro, con la psicodélica “Umbral”. La música de la pieza
inicial muta tras el fraseo final “No temas más/Entra en la niebla de neón” transformándose
en una sonoridad lóbrega cuyas delicadas
cuerdas acústicas serán irrumpidas por los sonidos espectrales emanados desde
el theremin, este breve halo recibe el nombre de “Niebla de Neón”. Casi sin respirar prosigue la pesada “Mío es
el Mañana”, relatándonos acaso la historia futurista de un humanoide o la
pronta deshumanización de nuestra raza. Destacándose sus sonidos macizos y atmósferas
enajenadas, que resultan también por momentos ascendentes y triunfantes.
Finas cuerdas intercalándose con espaciales
teclados y tiernos golpes de piano, iluminan la obra tras minutos de corrosivas
guitarras, en la romántica “Firmamento”, aunque los “penitentes” platillos del
final nos preparan para subirnos al sonido galopante y blusero de “Rompecorazones”,
cuyos delirantes wah wah y teclados logran hipnotizarnos, pero el frenesí es
abortado por la sugestiva pieza instrumental de percusión “Jenízaro”, donde su
baterista Walo Carrillo, exhibe sus dotes. Bondades que seguirá demostrando combinándose
sus tambores con las duras guitarras de otra pista instrumental, “Paisajes del Futuro”. Atmósferas sombrías son construidas merced a sus tristes cuerdas acústicas y la bella pero desolada y
lamentosa onomatopeya de Veronik, en la taciturna “Crisálida”, sin duda la
mejor del disco. Las piezas instrumentales concluirán con la bohemia “Bizarro
Cabaret”, donde Veronik ensaya un "vocalese" sobre bases
jazzísticas, soportadas por piano, trompeta y batería, atrapándonos con su
nebulosa ambientación.
La expansiva “Hada Morgana” de punteos
bluseros y psicodélicos, y delirantes teclados ponen el cierre al disco, dejándonos
con las ganas de escuchar más, pues los 28 minutos de duración nos quedan realmente
cortos. ¡Queremos más! Al igual que tras escuchar Espejismos
(2014), resulta desafiante encasillar el estilo de Matus, solo podemos afirmar
que es música delirante, onírica que nos lleva a fantasear con lo extraño,
conservando esa atmosfera mística de su anterior trabajo, aunque en esta
ocasión en una dosis menor. Es meritorio que Veronik (voces, theremin y etc de
instrumentos), Walo (batería) Manuel Garfias (guitarras), Richard Nossar
(guitarras y teclados) y Alex Rojas (vocales) y sus músicos invitados
nuevamente nos hayan dejado satisfechos haciendo lo que les dicta su libertad
sonora sin prejuicios ni concesiones.
Lee nuestra reseña sobre su disco anterior Espejismos en http://tesorosenlatierra.blogspot.pe/2015/01/matus-espejismos-reedicion-cd.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario