miércoles, 10 de febrero de 2016

AUTODIDACTE: LA VIE -Reseña

AUTODIDACTE
LA VIE
Independiente (2016)
Hace unos días me topé con este disco, tras oírlo mi rápido cuestionamiento fue ¿Por qué nadie me habló de este músico? Y tras darle una atenta audición a cada una de sus obras anteriores con mayor vehemencia me preguntaba ¿cómo pueden pasar desapercibidos trabajos así? Pues lo que hace Diego Romero tras el nombre de La Vie, es sin duda de rangos superlativos. El secreto mejor guardado en mi periplo por tierras arequipeñas. Así que sin pensarlo dos veces cuando apenas vi el disco físico lo adquirí.
LOS INICIOS
Muchas ideas sonoras pululaban por la mente de Diego Romero, pero no fue sino hasta que consiguió los elementos y recursos necesarios como un computador, micrófono y como dice él su “evolución y madurez”, además de sus guitarras y su voz, emprendió su aventura sonora como La Vie, cuyos actos los describe como viajes.
The Days in The Capital (2012) marcó el inicio de la carrera de este arequipeño explorador del sonido, mezclando folk con post-rock e incluyendo sintetizadores en sus composiciones, como la techno “Marihuana Cocaina”, y la voz como un instrumento más, y aún por allí tijeras, creando canciones breves pero contundentes. Luego lanzaría su Ep Do It Now (2013), ensayando con nuevas texturas y ritmos, explotando aún más el sintetizador pero sin llegar a sonar como un disco de electrónica, pero sí algo más exótico y cósmico. Se trata pues de un excelente disco de transición, donde el músico registra sus intentos en su búsqueda de la identidad sonora.  Ese mismo año lanzaría el instrumental Be Like The River, compuesto para el documental de un amigo suyo, son 8 hermosas piezas de fácil escucha, cercanas al post-rock, mientras que en Conexión (2014), su viaje predecesor a su nuevo álbum, la propuesta del artista alcanza su consolidación y se torna algo más versátil e introspectivo a la vez, incluyendo otros estilos inéditos en su exploración, como el progresivo, y mandándose con temas prolongados como “No Hay Límites” (casi 11 minutos), contrastando con todo lo hecho hasta entonces.
AUTODIDACTE
La música de este disco, lanzado en enero, es muy paisajista, pintándonos ambientes bucólicos, agrestes y galácticos, a pesar de dejar atrás sus sintetizadores y demás parafernalia electrónica, tan solo enlazando sugestivo folk con una instrumentación minimalista; se trata de una bella obra que al observarla, no nos queda otra que contemplar parajes naturales a través de la misma, y apreciar sus influencias de la etapa psicodélica de los Beatles, bajo la guía de Ravi Shankar Ratnam, maestro no solo de exploraciones sonoras sino también de otras “hierbas”. 
El introspectivo folk de “432 ó 440” nos da la bienvenida a este mágico álbum, pintando escenas pastorales, para luego una guitarra espacial nos lleve por senderos siderales, convirtiéndose en una excelente preludio para este magnífico álbum. En “Zeth” las guitarras eléctricas y acústicas van hilvanando sonoridades atmosféricas que posteriormente frenan su ascenso para crear ambientaciones menos sofisticadas, pero sumamente cálidas. La lóbrega “OM”, ejecuta una marcha in crescendo de guitarra y percusión de rasgos intrigantes al más puro estilo de Swans, de aquellas que nos mantienen en tensión y parecieran explotar en cualquier instante, manteniéndonos en alerta hasta su final.  
La exótica “Ladrones de energía mental”, gracias a su percusión hindú que sirve como soporte para que se desplacen sonoridades vocales y de cuerda, cuasi mantra, nos trae el lado más ecléctico de la placa. Sin duda la pieza más experimental y lograda.  En “Panteísmo”, ligeros punteos y arreglos de guitarras electro y acústicas, nuevamente edifican una pieza de niveles estratosféricos. Mientras que la psicodélica “Hoy será ayer y mañana será hoy”, de arreglos de percusión cavernosos y guitarras orientales, resulta muy atrayente.
Un canto onomatopéyico acompañado por xilofón, suaves líneas de teclado y guitarra conciben la sugestiva “Introducción”. Una agradable “intro” de guitarra acústica y saturada armónica nos atrapan en “Deja a tu mente descansar”, donde otra vez Romero emplea su voz como un recurso más de instrumentación, pero luego éste mutará hacia una interpretación convencional, convirtiéndose en el único tema con letra, impulsando el canto como un medio catártico, más adelante unas retorcidas líneas de guitarra le otorgarán dotes delirantes a la pieza. La apacible pero alucinógena “Sosiego” nos otorga minutos para entrar en trance.
Finalmente ¿Música para levitar, meditar o simplemente para viajar a nuestro subconsciente o hacia alguno de esos mundos que tenemos escondido en la memoria? Es la pregunta que me inspira la deliciosa “Paul Ligeti”, cuyas delirantes capas sonoras, de ciertos tintes “noise” resultan cautivadoras.
Autodidacte  es un álbum alucinógeno, por momentos surrealista, pero oportuno para despegar por unos momentos los pies de esta tierra y encontrarnos con nosotros mismos. Sencillamente genial. 

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