ECHO
& THE BUNNYMEN
KOROVA (1984)
KOROVA (1984)
Los
años pasan de manera veloz y no perdonan, añoramos ciertas etapas que marcaron
nuestras vidas y los tiempos adolescentes solo se pueden sentir tan
cercanos como al escuchar este atemporal
álbum de nuestros héroes de Liverpool, en donde el canto épico y conmovedor de
McCulloch y esos fantasmagóricos coros que lo acompañan en “My Kingdom” siguen resultando
estremecedores o el romanticismo espectral de “The Killing Moon” nos sigue introduciendo a esa enigmática
atmosfera gobernada por la nostalgia y lo
tétrico. Han pasado 30 años del mejor álbum de los Bunnymen y la sensación sigue y seguirá siendo la misma
tras cada escucha de sus nueves dramáticas, épicas y sensuales piezas.
Tras
Porcupine
(1983) y un éxito comercial que le era esquivo, los Echo & The
Bunnymen, prosiguieron con sus
exploraciones sonoras. De su intención de experimentar aún más con lo exótico
(congas, marimbas, violonchelos, etc.) y la electrónica salió el single “Never
Stop”. Pero el nuevo sonido que
buscaban los Bunnymen se encontraría todavía más allá de los límites conocidos, visitando nuevos terrenos musicales. Will Sergeant manifestaría al respcto “Queríamos hacer algo conceptual con una orquestación exuberante”. Ese fue el objetivo trazado por la banda para Ocean Rain.
Cierto
día Ian McCulloch despertaría con un estribillo en su cabeza, bosquejó los
cimientos de la canción con una guitarra acústica y se la mostró al resto de la
banda, Less Pattison le agregó los compases y Will Sergeant varias capas de
guitarra cargadas de vibrato, estaban creando “The Killing Moon” en el Crescent
Studio de Bath (Inglaterra). El tema se terminaría de grabar en el Amazon Studio de
Liverpool, con un Pete de Freitas utilizando plumillas en su set de percusión.
McCulloch confesaría que “Will la llevó a
otro nivel. La convirtió en un clásico” y con la “humildad” que lo
caracteriza proclamaría a su creación como “lo
mejor y más hermoso que hemos hecho” o en otra ocasión como “la mejor canción jamás escrita”. Y razón
no le falta al buen Ian pues lograron una canción absolutamente épica,
arrebatadora, embargada por un romanticismo envuelto por ambientes sonoros
tétricos, siniestros y fantasmales.
Reedición 2008, que incluye The Life At Brain´s Sessions |
Les
Studio Des Dames y Studio Davout serían testigos del proceso creativo de
tremenda obra de arte, con Adam Petters apoyando en los arreglos orquestales,
piano y cello y una orquesta de 35 piezas, que enriquecieron cada una de las
canciones, otorgándoles a las mismas cierto toque de intriga barroca, propia de
obras como la del gran Scott Walker, corolario de ello la espectacular
“Nocturnal Me” o los retorcidos arreglos de cuerda en “The Yo-Yo Man”. Mención a parte la excelente base rítmica que le impregnó a la obra, Pete De
Freitas, uno de los mejores bateristas de la historia.
Lo épico, banal, orquestal, romántico, psicodélico y misterioso, confluyeron para dar a luz esta obra inmortal, como lo dijo Ian Broudie (productor musical, The Flaming Lips) Ocean Rain, "capturó a una gran banda en un momento perfecto", pues en este álbum cada uno de los Bunnymen demostraron que eran unos genios.
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