DREAMS
ASTRONAUT
PROJECT
(2017)
Este nuevo trabajo de Alberto
Zegarra, el hombre que está detrás del proyecto astronauta, no podía tener un mejor
marco para su recepción, exposición en los principales medios de comunicación,
así como el anuncio de su participación junto a otras bandas peruanas en la próxima edición del festival Primavera Sound Barcelona, a celebrarse en dos semanas.
El sonido de este nuevo álbum
nos deja sorprendidos, pues esperábamos por algo más extrovertido tras disfrutar
de dos de sus anticipos, la frenética “Future Colors” y la inocente “Inside Of
Me”, durante su última presentación en Arequipa (2015), sin embargo, Zegarra
nos presenta un sonido todavía más ensoñador e introspectivo que en su debut.
Aquí no hay exploraciones por la galaxia pop de rasgos lúdicos e inocentes, ni danzas
con “alienígenas”, sino se siguen por esos ambientes nostálgicos ya visitados en
su disco debut, donde la expedición se adentra hacia el lado más romántico e íntimo
de su autor. Ya el músico nos había anticipado
no tener “intención de querer hacer un género en particular”, por lo que va por
donde le guie su inspiración.
La galaxia pop de Zegarra ahora se traslada a confines más introspectivos |
Es así que el disco arranca con
la breve “Zeta Reticuli”, pieza que pareciera extraída del “Kid A” (2000) o el
“Amnesiac” (2001) de Radiohead; una especie de hibrido, por cuyos cimientos
construidos con teclados taciturnos, cansinos pero retumbantes, salen disparados
una serie de sonoridades y programaciones espaciales, además de macizas programaciones
de percusión.
Introduciéndonos hacia un
ambiente espacial dominado por la melancolía, asoma “Dreams”, cautivándonos con
su ascendente electrónica, delicada y mágica, pero sobre todo seductora. Más sonidos que evocan nostalgia aparecen con
el pop sintético de “Sueños de Cristal”, cuyo ingenuo toque de “synth” resulta embelesador.
Prosigue “Future Colours”, donde Zegarra toma de su pasado Corrosion, para
expulsar sonoridades cuasi industriales mutándose con discotequeras, consiguiendo
una mixtura de géneros, cuya solida amalgama de samples, guitarras y otros
artilugios brindan una pieza compacta.
La etérea “Ella”, con su
cariñosa sonoridad electroacústica de rasgos sintéticos, acompañada por un
palpitante “loop”, logra uno de los temas más redondos del registro. Sigue “Inside
Of Me”, convirtiéndose en un coqueto guiño hacia los parajes más alegres de su
primer disco. Luego, unas cuerdas acústicas a las que se le unen imperceptibles
líneas de teclados, se perfilan como preludio, esta pieza instrumental recibe
el nombre de “To Be Alone pt.1”; su continuación, “To Be Alone pt.2”, acompañada
por percusiones etéreas y voces susurrantes, permanece por senderos reflexivos.
Zegarra añade sonoridades electroacústicas a su pop sintético. |
Para el trayecto final, Zegarra
extiende su ternura sonora a base de agradables teclados, delicadas
programaciones y sutiles percusiones en la melódica “Año Luz”. Mientras que en “Balada
De Una Estrella”, coge nuevamente la guitarra para ensayar unos riffs que nos
hace evocar al grandioso “Everybody Hurts” de REM. A la marcha emprendida por sus
hipnóticas cuerdas, se van sumando teclados, sonidos enigmáticos y una
espectral percusión, para finalmente desvanecerse el corte y tras segundos de
silencio, asomarse su repaso acústico y concluir con un esplendoroso teclado.
Dreams es
una aventura distinta, que a primera vista nos pareció plana, pero conforme la
hemos ido explorando una y otra vez, descubrimos una amalgama sonora sólida.
Una obra esculpida con paciencia y donde el astronauta nos muestra la infinidad
de parajes que aún nos puede llevar a inspeccionar a futuro.
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