NO
MIGHTIER CREATURES
NO
MIGHTIER CREATURES
(2017)
“I am
Damo Suzuki” (vocalista de los empíricos Can) sentencia la presentación de Renato
Gómez en su página de Facebook, manifestando (consciente o inconscientemente) de
esta manera una declaratoria no solo de principios sonoros, sino de una vida emparentada
con todo lo que signifique experimentación, como su paso por los psicodélicos
Serpentina Satélite, su entrega por la poesía, su experiencia dirigiendo una
editorial, su estadía por diversos lares, llevándolo hasta Barcelona, donde
está radicado, y componer el material que da vida a su proyecto de rock crudo y
minimalista de influencia “blues”, en su estado más primitivo y sin retoques, No
Mightier Creatures.
Según
Renato, «No Mightier Creatures surgió a partir de una investigación alrededor
de nudos y rastros de desgaste urbano en ciudades de Europa. Las imágenes se
convirtieron en síntomas de crisis económica, intervención política,
precariedad y fronteras, iniciando nuevos modos de escritura y composición»,
ahí encontramos el porqué de una producción tan descarnada, áspera y directa.
Renato
ya tenía trabajado varios demos cuando estuvo de paso por Lima, y aprovechó la
ocasión para reclutar a sus ex compañeros de Serpentina Satélite, Dolmo
(guitarra) y Félix Dextre (bajo), y al Cholo Visceral, Arturo Quispe (batería),
para darle forma a los temas y terminar de producir su epónimo álbum debut.
Desde
el arranque las cuerdas “calatas” y repetitivas presentadas en “Yet We Divide”,
se erige como el manifiesto de lo que será la obra, sonoridades sencillas pero
contundentes que evocan paisajes western, situaciones turbias y enigmáticas,
teniendo en la espinosa voz de Gómez, un corolario más de la ambientación
siniestra que se intenta plasmar. Prosigue la corrosiva “Multiply”, luego los
filosos punteos, así como las descargas bluseras y distorsiones de
“Springfield” nos sacudirán del cuadro hipnótico producido por los anteriores
temas, sin duda de lo mejor del disco.
Los
compactos guitarrazos de “No Light”, conciben una maciza pieza, mientras que,
en una onda más folk y etérea, se sitúa la lóbrega ensoñación de “Corporate
Dream”. Caóticas guitarras y portentosos redobles se confabulan para recrear la
atmosférica y agria “To Cross”, donde sus cuerdas en clave “noise” son
expulsadas hacia la estratosfera, otro pico del álbum. Finalmente “Take It
Easy”, refleja una sonoridad similar al tema inicial de la producción, a manera
de “reprise”, pero menos ruidosa, más melódica y con diferente lírica,
causándonos una sensación cíclica, de retorno al origen de nuestro desértico
viaje sonoro.
Este trabajo de NMC presenta sonoridades pocas veces exploradas en nuestro medio, que resultan complejas y complicadas ponerle la etiqueta, solo podemos decir que es rock desde las entrañas, orgánico, de carne y huesos, para apreciarlo y disfrutarlo en su desnudez.
Este trabajo de NMC presenta sonoridades pocas veces exploradas en nuestro medio, que resultan complejas y complicadas ponerle la etiqueta, solo podemos decir que es rock desde las entrañas, orgánico, de carne y huesos, para apreciarlo y disfrutarlo en su desnudez.
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