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Víctor
Borget y Loreta Neira, eran dos mochileros, de Argentina y Chile respectivamente,
a quienes el destino los unió en México para dar luz a su proyecto cuyo nombre evoca una eternidad
gélida. Durante ese viaje grabaron temas de manera itinerante entre 2016 y 2017,
que más adelante llegaron a ser parte de su álbum Canciones Dispersas.
El dúo
tuvo la oportunidad de presentar su disco en la isla caribeña de Cozumel
(México), Buenos Aires, La Plata, Montevideo, Santiago y Valparaíso, y a distintas
ciudades europeas, en una improvisada gira, como buenos mochileros, por
Bratislava (Eslovaquia), Liubliana (Eslovenia), Zagreb (Croacia), Paris y Caen
(Francia), Londres (Inglaterra), Glasgow (Escocia), Copenhague (Dinamarca),
Malmö (Suecia), Berlín (Alemania), Viena (Austria) y Budapest (Hungría).
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Pero
la labor de Víctor y Loreta, no se ha limitado solo a crear música, sino a compartir
su talento emprendiendo talleres de música, en lugares como Cozumel. Por
diversas circunstancias, el dúo se mudó a Argentina, donde reunió un grupo de
amigos para presentar el disco en formato banda, para tiempo después trasladarse
a Chile y continuar con los shows.
La música
de Helado Infinito se caracteriza por su eclecticismo, donde sobre bases pop se
fusionan diversos estilos como la electrónica, el hip-hop, folk o canción de autor. “Para siempre es mucho”, tema inicial de su
álbum, da fe de ello, por sus coloridas guitarras acústicas transitando sobre
arreglos de vientos y “synths”. En “Encontrar” se exhiben una serie de “beats” y
sintetizadores de rasgos minimalistas. Más arreglos de minimalismo sintético se
desplazan en “Guau (hola)”, acompañando un susurrador fraseo cuasi rapeo. Mientras
que en “Paraíso” unos atractivos arpegios y “loops” nos encandilan para
introducirnos a un ambiente festivo de delirantes teclados y percusiones, y por
momentos sonoridades “trance” y antillanas.
“No
bajes hasta la otra parte para nada”, es un tema que reúne una increíble variedad
de estilos, como el “jazz”, “trip-hop”, “soul” y ambientaciones de electrónica
ensoñadora, para sedarnos los sentidos. En “El día del sombrero nuevo”, la
canción de autor se hace presente.
El “hip-hop”
de hibrida electrónica asoma con “Mejor nos vamos (feat. Pitucardi)”, para
denunciar la debacle ambientalista a manos de los humanos. Las sugestivas
sonoridades “trip” de “Ahora”, preceden a voces robóticas y tiernas
ambientaciones electro-pop. Finalmente, una base de enrarecidos sintetizadores
sirve como plataforma para el “spoken word” de Loreta en la enigmática “Prefacio”,
concluyendo con un desfile de “sintes”.
Canciones
Dispersas nos ofrece un abanico de sonidos, capaces de
llenarnos de entusiasmo, esperanza y alegría en un mundo venido a menos; es
música que nos refugia en la utopía del relax, un verdadero coctel sonoro.
El dúo
acaba de lanzar un nuevo single, "No quiero estar lejos", cuyos rasgos
“folk” con retoques de “electrónica”, nos dejan en claro del intento de Helado Infinito
por seguir ensayando con el eclecticismo sonoro para su segundo álbum.