Muki Records
(2019)
Foto: Subterock |
En el
ocaso de los 80s, cuando tenía entre 13 y 14 años, seguía el programa nocturno
de Canal 9, “Esta Noche”, conducido por Gonzalo Rojas, quien después llegaría a
ser mi profesor de Periodismo Televisivo en la universidad. Éste se caracterizaba
por sus peculiares reportajes. Uno de ellos, dedicado a las “peras escolares”, capturó
mi atención al observar a un grupo de rock subterráneo llamado Eutanasia. Según
el reportero los colegiales habían asistido al concierto de la banda. Lo que
fuera, el sonido crudo y visceral y los gritos encolerizados de su vocalista me
marcaron.
Desde
aquella primera experiencia con el grupo de Barrios Altos, se convirtió en uno
de mis objetivos hallar algunas de sus grabaciones en las “maletas” que poblaban
las escaleras y esquina de la Universidad Federico Villareal en la avenida La
Colmena, hasta que en enero de 1990 encontré la
maqueta “Otro Rock”, un concierto grabado en una calidad más que aceptable, que
reunía a gente como Voz Propia, Cardenales, Luxuria, Cadena Perpetua, Eructo
Maldonado y por supuesto, Eutanasia, cuyo violento y desgarrador sonido, me
resultaba adictivamente lacerante, nadie sonaba como ellos en la escena de
aquella época (aún hasta ahora), como algunos críticos han coincidido, su
música era “punk rock peruano”, inédita,
nada de Ramones, Pistols, Clash, ni cosas parecidas, sino simplemente un sonido
callejero y marginal que sonaba a Lima-Perú.
Foto: Subterock |
Su
caótica sonoridad resumía el sentir, en mi caso y creo de muchos, de nuestra
perspectiva pesimista frente a la situación sociopolítica que nos tocaba vivir
en el putrefacto país en que vivíamos, al borde del colapso y sitiado por la
violencia. Con el tiempo conseguiría más material de la banda y con el pasar de
los años sus respectivas ediciones en CD y vinilo. Ante la escueta información de la banda presentada en la
Enciclopedia del Rock Peruano, Eutanasia merecía una reivindicación, y la
reciente publicación de Pedro Grijalva sobre la banda, bajo
el título de “Eutanasia. Y Nosotros Ké? Hasta el Global Colapso 1985-2012”, gracias al sello
Muki Records, quien hace su debut editorial, lo hace con creces.
Desde su arribo a nuestras manos, este libro
nos dejó boquiabiertos con sus 500 páginas en formato A-4, papel couché (aunque
resulta fastidioso protegerlo de mis grasientos dedos) a full color, con un
sugestivo diseño, influenciado en fanzines y publicaciones punkekes tanto locales
como extranjeras, resulta híper atractivo a la vista, merced a sus collages, yuxtaposiciones
y fotografías por doquier, muchas de ellas inéditas, que nos dice mucho del
exhaustivo trabajo de investigación realizado para la compilación de abundante material visual.
A partir de su portada, donde el logotipo de la banda más el título de la obra, se observa
rodeada de una serie de imágenes que resume el Perú de aquella época, su
impacto visual resulta evidente y nos ubica en el contexto que transitó la
trayectoria de Eutanasia.
Grijalva
toma como punto de partida la aparición del punk rock y su llegada al Perú, así
como la primera camada de grupos subterráneos para introducirnos a la explosiva
aparición de Eutanasia, a mediados de los 80s, contándonos datos pormenorizados
sobre el origen de la banda, su logotipo, los diferentes integrantes que
pasaron por la banda, grabaciones, presentaciones, comunas, líos, entredichos,
y diversas anécdotas, como sus visitas a la convulsionada Ayacucho, hasta
llegar a su disolución y reunión, en boca de sus propios integrantes, donde el autor
ha entretejido y compilado esta suma de relatos en trece capítulos, con Martín
Roldán en el prólogo.
Así pues, esta generosa biografía nos deja "empachados", gracias a su abundante información, que seguramente dejará
totalmente satisfecho al seguidor de la banda, y en donde los editores de la
publicación han soltado toda la artillería en pos de una ambiciosa producción. Sin duda, toda una arriesgada empresa que esperamos se vea compensada con la
adquisición de los 600 ejemplares impresos, que por su volumen y trabajo visual, se constituye como una obra pocas
veces vista en nuestro medio.
Cinco
años atrás, caminaba por Quilca, con rumbo a Alfonso Ugarte y fue en ese
momento que sentí una especie de Déjà vu o epifanía donde comenzó a sonar en mi
mente “Ratas Callejeras”, una de las canciones más emblemáticas de Eutanasia, y
es que eso es para mí Eutanasia, la banda sonora (quizás ellos me odien por
decir esto) de la Lima que me tocó vivir en mi adolescencia; y este libro nos
ayuda a redescubrir y valorar esta agrupación, que como pocas, logró capturar
la coyuntura de una sociedad, “que debe ser exterminada aplicándole la
Eutanasia”, como tantas veces replica su páginas.
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