SILVANIA
(2019)
Mario Silvania y su remozada formación nos vuelven
a cautivar con tres temas nuevos que forman parte de su primer EP en décadas, The
Colors of the Sunset, disco que se erige como un generoso
precursor, además de elevarnos la expectativa al tope, de lo que será su
próximo álbum a lanzarse el dos de julio, "Todos Los Astronautas Dicen Que Pasaron por La Luna".
En
este episodio sonoro, Silvania sonoriza aquellos ambientes relacionados con la
puesta del sol, como tan bien lo sentencia su título, con sonoridades capaces de transportar
nuestra mente y corazón hacia la añoranza, avalados por sus nostálgicas melodías,
odas y la sombría voz de Mario sedándonos el cerebro en dirección hacia senderos oníricos.
Al igual que su anterior single, la intensidad de los sintetizadores... ¡nada que ver!... ¡Todo lo que escuchamos en el EP son guitarras!, tratadas de tal manera por Mario, que pareciera darnos la sensación de estar oyendo instrumentos sintéticos. Otro elemento vital en el sonido del registro, son los finos arreglos y punteos de guitarra de reminiscencias Belking’s, banda adorada por
Mario.
Los
poderes magnéticos de la música Silvania, prevalecen desde el saque de “She
Rises”, donde nos vemos envueltos por esa sugestiva marcha híbrida de guitarras procesadas y cajas de ritmo, la etérea interpretación de Mario (con sus coquetos
“Uh uh…”), los finos punteos y dramáticos ambientes que avasallan
hasta el cierre de la pieza, una suma de sonidos que consiguen arrancarnos
algunos pasos de baile. El viaje surrealista apenas ha alzado vuelo, pues los ambientes atmosféricos de “La playa del Olvido” y sus cuerdas de guiños Belkings, junto
al canto sombrío de Mario, preso de la añoranza, (“…melodías que amare el ayer una vez más hacen que el atardecer y sus
colores sean más triste el ruido del mar en mi corazón te canto esta canción…”)
nos elevan a paisajes de ensueño.
Finalmente,
llegamos al tema más encantador del disco, “Los amantes de la Luna”, cuyas cuerdas
electroacústicas narcotizan nuestros sentidos para contemplar la noche y tras
la incursión de unos emotivos ambientes sonoros, de rasgos épicos, somos
trasladados brevemente por paisajes astrales y arrojados nuevamente a la
tierra hasta estrellarnos con el crujir de las olas e introducirnos por mundos mágicos, tras el son de una caja musical y sutiles “loops”, dispuestos a purificarnos
y traernos solaz. Sin duda, un tema rico en texturas, ambientaciones y las diversas sensaciones
que se experimentan durante su escucha.
Tenemos
que agradecer a Mario por su valentía para salir de su justificado luto y
entregarnos en estos meses, tan valiosas gemas sonoras, cuya delicadeza sigue
calando en el “bosque de la memoria” y anhelemos la llegada del mes de julio con muchas ansias.
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