MALA
INFLUENCIA
PIPE
VILLARÁN
A Tutiplén Records
(2017)
Las distorsiones y ramalazos
guitarreros iniciales que desatan el estallido rocanrolero con el que Pipe Villarán
abre su segunda entrega solista, el single “Cruel”, es una clara intención del
músico por salir de la atmósfera introspectiva que rodeó su anterior trabajo,
para trasladarse a otra atmosfera más rockera y festiva, sin dejar de lado a la
psicodelia y sonoridades “hippies” como aliadas. En “Mala Influencia”, no hay
espacio para lo bucólico ni agreste, sino para ambientaciones más coloridas y
eufóricas.
Este nuevo álbum, ha sido
producido Kieran Kelly en sociedad con Rafael de la Lama, la misma dupla de “Cosmos”
(2014). Grabado entre Nueva York y Lima durante 2016 y 2017, el disco contó con
la participación de Marcos Maizel (Uchpa) en solos de guitarra, Iván Mindreau y
Kieran Kelly en la batería, Joni Chiappe en los teclados, Gonzalo Polar en el
saxo, Cleia Luna y Daniela Ghersi en los coros, Luis de la Lama en el bajo y
Rafael de la Lama en la guitarra acústica.
Sigamos con el álbum. Luego
que las incendiarias guitarras de “Cruel” se extinguen, surgen las
embelesadoras melodías y coros de “Hijos de la Revolución”, más rock explosivo,
concluyendo con unos estridentes arreglos de cuerdas. Pero cuando parecíamos
alejados de la influencia Beatles, que asomaba en gran parte de “Cosmos”,
irrumpe “Superstar”, pero los guitarrazos psicodélicos de “Medicina”, nos
vuelve a esa atmósfera delirante y desenfrenada con la que arrancó el disco.
Mientras que “Stone”, evoca diversos pasajes “dance-gospel-rock” del Screamadelica de los Primal Scream, coronado
su éxtasis sonoro, sus delirantes solos de saxo.
Luego de un pausado preludio,
los acelerados riffs “vaqueros” y bluseros de “Cae La Tarde”, construyen una entusiasta
ambientación, donde emergen también exquisitos punteos y solos de la guitarra.
Una reposada ambientación, cuyos rasgos lucen cercanos al pop ensoñador,
persiste con “Parece Que He Encontrado Algo”, destacando sus sólidas armonías,
terminando con sonoridades atmosféricas.
Para el trayecto final, en la
nostálgica “Deja Vu”, Pipe nos lleva por parajes reflexivos luego de tanta
bohemia sonora. Cierra “Superstar” (reprise)”, cuyos teclados inconexos y líneas
de guitarra, de a pocos irán construyendo una hipnótica melodía, impulsada por
un lúdico y sideral ¿moog?, que la vuelve adictiva, sumándose a ello, las
guitarras de Pipe, con arreglos que, recrean un ambiente triunfal como colofón del
disco.
Pipe Villarán en esta segunda entrega solista, ha pasado de la psicodelia introspectiva a la extrovertida, sobresaliendo la espontaneidad exhibida por su guitarra, y ese contagioso entusiasmo por rockear en esta ocasión, el mismo que ha logrado una serie de piezas que nos embarga de frenesí.
Pipe Villarán en esta segunda entrega solista, ha pasado de la psicodelia introspectiva a la extrovertida, sobresaliendo la espontaneidad exhibida por su guitarra, y ese contagioso entusiasmo por rockear en esta ocasión, el mismo que ha logrado una serie de piezas que nos embarga de frenesí.
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