BROKE
MY BASS
YUME
STATION
Chip Musik
(2017)
La primera vez que vi a Karen
Huacasi, fue disfrazada de monja junto a sus compañeros de banda, en la Feria
del Libro de 2014, pues era un hábito del grupo alternar su indumentaria para
cada presentación, en otra ocasión, salió con un aspa (hecha con esparadrapo) sobre
su boca, pero con lo que estuviere cubierta, siempre se ha dado maña para lucir
enigmática y misteriosa, irradiando un aura inquietante a pesar de su sencillez
y timidez.
El generoso compilatorio Lego
10 -Evas, a
cargo de la gente de Chip Musik, nos presentó a Karen como Yume Station, la
nueva identidad sonora, de la ex bajista de los arequipeños Ruidósfera, donde se
deshace de su clásico instrumento para entregarse a la parafernalia electrónica
y construir sonoridades minimalistas e indescifrables, pero desde la intimidad
de su equipo móvil. Ella señala que su proyecto es de “carácter íntimo y
autobiográfico”, sustentado en la dualidad del dolor y la inocencia,
constituyéndose sus temas “Hole” y “Under” en claro ejemplo de ello.
Su primer trabajo, Broke
My Bass es una obra atractiva, radicada en su simpleza, inspirada en las
ansias de experimentar con las diversas posibilidades que ofrecen los sonidos y
ruidos tan elementales que se dejan escuchar en sus diez minutos de duración a
través de sus siete misteriosas (y en algunos casos, dramáticas) piezas,
comenzando con la brevísima, “Plug 28”, cuyos peculiares sonidos, cuál látigo
que se contrae, emprende la senda enigmática que rodea esta producción. Luego
los sutiles pero resonantes (y algo saturados) teclados de “Hole”, acompañados
por finísimos beats, logran hipnotizarnos. La misma base rítmica prosigue como
pista para la inescrutable “Under”, cuyos recónditos sonidos son manejados de
manera improvisada y aleatoriamente, cuasi antítesis de la anterior.
Casi sin cesar se aproxima “Faulty”,
con sus sinuosos y replicantes sonidos, apoderándose de tu cerebro, merced a su
cautivante instrumentación de rasgos orientales (por encontrarle una
explicación), donde Karen, experimenta, juega y hace lo que le viene en gana
con estos, pero paradójicamente respetando una estructura sónica. En “Arrived
Son”, juega con unas escuetas líneas de teclados pero que resultan agradables, agregándoles
ligerísimas percusiones. Un intento algo más convencional se viene con “Red
Flap”, a pesar de su alterada línea de synth. Finalmente, los “desérticos” teclados
de “Throwback”, evoca cierta ambientación ufológica.
Breve, pero contundente manifiesto experimental de la arequipeña, cuyas lúdicas sonoridades son capaces de ambientar parajes dramáticos como reflexivos, pese a su riguroso minimalismo.
Breve, pero contundente manifiesto experimental de la arequipeña, cuyas lúdicas sonoridades son capaces de ambientar parajes dramáticos como reflexivos, pese a su riguroso minimalismo.
A pesar de ser un intento por querer cuestionar la noción establecida de la música, resulta un disco bastante aburrido, tedioso, sin sorpresas ni contrastes, aunque no deja de ser interesante. Parece el intento primario de alguien que recién está conociendo el software y sus posibilidades. Si se trata de una obra "autobiográfica" hubiese sido interesante oir algún pasaje narrado, ya que las pistas se prestan para ello. Con una sola escucha es suficiente para captar la idea, pero no provoca volver a él.
ResponderEliminarClasificación: 2/10