MIGUEL
UZA
MIGUEL
UZA
(2018)
Después
de varios años de silencio, Miguel Uza (Ex Ray-O-Bac e Ipadmorita) vuelve al
ruedo con un trabajo en solitario donde explora a más no poder con las
guitarras, siendo acompañado en los arreglos sonoros por el Astronaut Project y
ex Abrelatas “Kaboogie” (Bajo, guitarra acústica, guitarra eléctrica, mini moog
y coros), el baterista de El Hombre Misterioso, Santiago Pillado-Matheu y su ex
compinche de banda, Zetangas en las guitarras del tema final “Soundcheck #2”,
entre otros músicos, quienes aportaron su respectiva cuota para enriquecer su
experimental registro.
Las
cuerdas se convierten en el personaje principal de la obra de Uza, siendo el
anárquico desfile de guitarras, a lo Sonic Youth, emprendido en la toma
inicial, “CI-7499”, un corolario de ello. Si bien, la pieza por momentos muta
para armonizar una cálida melodía, luego se intercambian silencios con golpes
certeros de percusión y arreglos de distorsión. Prosigue el entusiasta “noise
pop” de “Días de radio”, en medio de una encrucijada de guitarras. Seguidamente,
las guitarras introspectivas e inconexas de “Dan y Nancy” resuenan a través de
su lánguido periplo, transitando sobre ellas el relato “Si me necesitas llámame”
de R. Carver, con arreglos de Uza, Kaboogie y Pillado-Matheu y “narrado” por
Valentín Yhosimoto, donde también incursionan abruptas percusiones, alternando
sonoridades dinámicas con reflexivas.
En la
delirante “Latidos en la sien”, Uza presenta guitarras rítmicas, que conciben ruidos
y melodías de corte más bailable. Luego, sutiles cuerdas de rasgos resonantes
deambulan en medio de feedbacks y melodías nostálgicas en “Lo más cerca de la
paz”, al asomarse “Sin título #2” el panorama se torna un poco más cromático y
alegre, para luego tornarse misterioso con “La teoría de la omisión”, donde Neto
Pérez en las secuencias, mientras que el pop “lo-fi” de “Todo sigue igual” me
recuerda a los queridos Eructo Maldonado, cuyo monologo, cual proclama, se enreda
con un caótico paraje de guitarras.
Finalmente,
los estallidos “noise-pop” de “Imitando a la realidad” saltan en medio de una
atmosfera lánguida, y la extensa “Soundcheck #2 (Bonus track)”, se convierten
en casi quince minutos de improvisaciones, delirios, devaneos, alucinaciones y
visiones guitarreras, donde Uza está secundado por el buen Zetangas.
El
disco, grabado y mezclado entre setiembre de 2017 y marzo de 2018, renueva la
propuesta experimental del músico radicado en Barcelona desde el 2003, sobre
todo en tiempos donde resulta poco probable disfrutar de obras de este corte en
nuestro medio.
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