II
EL AIRE
A TUTIPLÉN RECORDS
(2016)
Para
quienes somos seguidores de El Aire, la salida de II ha significado el fin de
una prolongada espera de 19 años desde que sabíamos de su proceso de gestación
y anhelábamos algún día ver cristalizado su lanzamiento. Los primeros ensayos
fueron registrados en un casete mediante una radiograbadora para que José
Javier Castro (el cerebro de la banda) que por ese entonces trabajaba fuera de
Lima, la pueda usar como “pista” y guía cada vez que se reuniría con Manolo
Barrios, César Zamalloa, y Eduardo “el chuto” Andrade (quien reemplazó a
Constantino Alvarez en la batería) para trabajar el material. Recuerdo que en
los tiempos de Caleta, Julián Rodríguez nos mencionaba con gran entusiasmo la
existencia de esta grabación y su contenido. Por diversas razones en 1998 los
ensayos se detuvieron y con ello el proyecto.
La banda actual en la presentación de II |
La
posibilidad de lanzar II en las condiciones que se merecían las canciones siempre
estuvo latente, es así que la formación vigente asume el reto de capturar la
esencia, el concepto y el “espíritu” de la idea primigenia para grabarla en su
integridad. Bajo
un impecable empaque, como la gente de A Tutiplén nos tiene acostumbrados, el disco
arranca con los ascendentes teclados y guitarras de “Agujero Blanco”,
lográndonos hipnotizar de inmediato, pues resulta imposible no ser cautivados por
sus cósmicas cuerdas y capas de feedbacks, que nos conducen por sugerentes
parajes oníricos, como si estuviéramos dentro de un remolino, haciéndonos volar nuestros sentidos por los aires, consiguiendo un magistral inicio de álbum. Luego, “Antes que…” toma la posta sonora dejada por “El Naranja de tus ojos”, al exhibir muchos elementos musicales de este tema, como si se tratara de su
segundo episodio. “¡Muero!
Gritó un dios enfermo”, resulta toda una contundente descarga de brutal noise y
punk rock “al por mayor”, cuyos furiosos golpes de percusión parecieran buscar la destrucción de las tarolas, aunque su ejecución en vivo suena todavía más bestial. Las
guitarras rítmicas de la rockera “Restos de la vida”, se perfilan dinámicas y
envolventes, sobre todo por los arreglos con el Wah-wah, mientras que la densa y ruidosa
marcha guitarrera de “Árbol Réquiem” se encarga de reproducir ambientes
psicodélicos. Prosigue el sosiego bucólico que irradia “Luz de ti”, tema de fina
ternura, cuyo panorama que se ve irrumpido por unas ininteligibles voces de protesta
masiva, inconexas guitarras y baterías que lentamente van construyendo la incendiaria
“A patria o muerte”, dispuesta a sacudir
conciencias con sus proclamas, guitarrazos y aporreos tan embriagadores e
ideales para el “pogo” como los de “Libertad” o “Ahora”. La vena contestataria permanece
con “(Los políticos) Solo quieren bailar”.
Al
preludio rocanrolero de “Ah! La vía
crisis” prosigue un séquito de guitarras
en clave “veltviana”, presentándonos uno de los mejores momentos de la obra. Y
el trance se volverá etéreo con la espacial “Decirle hola, Capitán Bryce”, delicada,
tierna y sobrecogedora pieza, capaz de trasladarlos por el
espacio. Las melódicas guitarras de “Entrópica” (Con las alas quebradas), nos
regresa a nuestro estado terrenal, mientras que en la ecologista “Lobo marino”,
JJ y cía. Se despachan con una serie de arreglos bolerísticos, criollos y hasta
vernaculares, para hacer gala de su riqueza ecléctica.
Como
bonus track, la banda nos presenta la versión de “Luz de ti”, grabada con la
formación del 2007, destacándose por sus ensayos étnicos con moseño y
didjeridoo, ejecutados por el propio JJ.
II, se
constituye en el eslabón para comprender la historia de El Aire, así como la
transición entre I y sus siguientes capítulos. Ahora sí podemos disfrutar de
manera completa del relato sonoro-cronológico de una de las bandas más queridas
y adoradas de nuestro país, causándonos una sensación de “más que satisfechos”
ante tremendo obsequio musical en compensación por tan paciente espera (casi dos décadas). “Qué
más puedo yo decir…”
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