SESIÓN
INVERNAL
PAISAJE
3
Muki
Records
(2016)
Lo menos que podíamos esperar de un proyecto
identificado con una de las obras majestuosas del pop contemporáneo y pretenciosamente
autoproclamado como cultores de “trip-gaze” (sí, una mezcla de “trip-hop” con “shoegaze”),
era un disco tan bueno como Sesión Invernal. Un trabajo que
respalda con creces las elevadas aspiraciones del dúo mollendino conformado por
el guitarrista Raúl Begazo (Aero, Fobya, Orquídea) y el “blogger”, Mauricio
Miranda (Blog del Bam), plasmando en este álbum sus respectivos bagajes
musicales.
“Trip-gaze” es la etiqueta perfecta que usa el dúo para describir
su trabajo musical, enlazando Brístol (cuna del trip-hop) con su natural Mollendo,
ambas ciudades portuarias, y las ambientaciones invernales de su ciudad costera
con las lóbregas del Reino Unido (patria del shoegaze), vaya coincidencias, o
conceptos ya planteados por los músicos desde sus inicios, y también recogidas en
las atrayentes fotografías que forman parte del arte del empaque del disco
(diseñado por Mabel Salazar, esposa de Mauricio).
Raúl Begazo (guitarra, bajo, secuencias) y Mauricio Miranda (sintetizador, guitarra, samples) |
Al dúo le tomó dos años la consecución de Sesión
Invernal, disco grabado en Carmina Home Studio (propiedad de Raúl Begazo), pues
si bien ambos músicos son natales de Mollendo, la distancia por sus respectivos empleos, fue un factor que influyó en la demora de la producción del material,
caracterizado por un bajo bien pronunciado (y pisado también), creando sensaciones
intrigantes, sobre las que transitan una serie de ambientaciones, volátiles cajas
de ritmos, sonoridades drum’n’bass, murallas de distorsión, capas de feedback, taciturnos teclados, melodías a downtempo,
concibiendo música paisajística y muy rica en textura a pesar de su sencillez.
La “sesión” se inicia con la “ferroviaria”, “UVB-76
(intro)” dejándose escuchar audios quizás sampleados de dicha emisora rusa en
onda corta, cuyo propósito es un misterio. La densa marcha de “Fire Bird” nos
entrega hacia enigmáticas atmósferas, cuyas misteriosas secuencias y
retumbantes pianos nos ponen en trance. Luego, la sonoridad ambient de “Sonar”
sirve como soporte para lanzar vuelo a una flotante percusión, y posteriormente
expulsar rugosas capas de feedbacks, dispuesta a “flagelar” el espacio. Prosigue, la sofocante secuencia de percusión
de “Hate”, que nos introduce a un tenso ambiente, donde nos vemos rodeado por
un hipnótico bajo, desfilando una serie de atractivos ruidos.
La satura sonoridad etérea y misteriosa de “Doppelgänger”
es realmente narcótica, algo de Boards of Canada por ahí, delirio del cual
somos removidos por una potente descarga de corrosivas guitarras y
ensordecedora percusión que resultan cautivantes. Luego en “Undermind” somos
envueltos por una descontrolada y maquinal marcha, dispuesta a volarnos los sentidos.
La “downtempo”, “Invernal”, apacigua nuestros ánimos, cuya lánguida pero paradójicamente
rítmica marcha, se constituye como la compañera ideal para caminatas bajo la
lluvia, resultando atractivos sus estruendosos sonidos sobre el final. La retorcida
electrónica inicial de “Acid Trip” gira hacia una adictiva secuencia de
percusión, disparando una serie de distorsiones embriagantes.
Con los sugestivos ambientes inhóspitos que nos dibuja “Midnight”
y sus atmosféricas distorsiones, el dúo muestra su capacidad para trasladarnos
a diferentes parajes sónicos sin problemas. La breve ambientación “acuática”
primaria mutando hacia sonoridades mantra en “Raindrops” es genial, no en vano se
convierte en mi pieza favorita del álbum, imposible retirarla del lugar más recóndito
de mi cerebro, donde entre hipnóticas guitarras y percusiones étnicas nos lleva el subconsciente
hacía la morada de los dioses, más hermosas notas de guitarra son expuesta en una
dulce pieza acompañada por intrigantes golpes de piano y percusión desfilando
en la nostálgica “Voyage”. Finalmente los Paisaje 3 nos sacan de un ensoñador
paraje para transportarnos al tenso de “14”, cuyos nocturnos ambientes van sucediéndose
sobre un punzante bajo, y el “scratch” de un viejo vinilo, y como “bonus
track”, redondea la faena una sugestiva pieza de percusión y bajo, limpia pero contundente.
Sesión
Invernal, continúa con la feliz aparición de
trabajos experimentales en lo que va del 2016, como los de Kimox y La Vie, para
variar, también arequipeños (por si acaso soy limeño), que si bien los
mollendinos repasan sonoridades noventeras ya exploradas, se muestran como un
acto inédito en nuestro medio. De ahí la plausible labor de Luis Espinoza de
Muki Records, por apostar por este proyecto musical ¿Disco del año? Sin duda
estamos ante un serio candidato.
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