Por fin llegamos al final de nuestro atrasadísimo recuento anual internacional del 2014. Repasemos las posiciones anteriores para ver si te damos motivos para que te molestes por no encontrar tu disco predilecto, compararnos con Pitchfork, o sentir impotencia por los "fúnebres" discos que hemos seleccionados como nuestros favoritos.
50. ADRIAN THAWS - TRICKY
49. PLAYLAND - JOHNNY MARR
48. I AM THE LAST OF THE ALL THE FIELD THAT THE FELL (A CHANNEL) - CURRENT 93
47. THE HOLLOW ORGAN EP - HELM
46. SAY YES TO LOVE - PERFECT PUSY
45. HIGH HOPES - BRUCE SPRINGSTEEN
44. AFTER THE DISCO- BROKEN BELLS
43. SHELTER - ALCEST
42. LP 1 - FKA TWIGS
41. METEORITES - ECHO & THE BUNNYMEN
40. LA PETITE MORT - JAMES
39. WE DRINK TO FORGET THE COMING STORM - LEYLAND KIRBY
38. OUR LOVE - CARIBOU
37. SUZI EKTO- CALL SUPER
36. SEEDS - TV ON THE RADIO
35. GROUND OF BEING - ANNEA LOCKWOOD
34. NOBODY WANTS TO BE HERE & NOBODY WANTS TO LEAVE - THE TWILIGHT SAD
33. ROMANTIC WORKS - KEATON HENSON
32. ATOMOS - A WINGED VICTORY FOR THE FULLEN
31. THE HUM - HOOKWORMS
30. BLACK LIGHT SPIRAL- UNTOLD
29. EVERYDAY ROBOTS- DAMON ALBARN
28. EAGULLS - EAGULLS
27. ATLAS- REAL STATE
26. BURN YOUR FIRE FOR NO WITNESS - ANGEL OLSEN
25. SYRO- APHEX TWIN
24. INTERNATIONAL- LUST FOR YOUTH
23. SEA WHEN ABSENT - A SUNNY DAY IN GLASGOW
22. BROTHERS AND SISTERS OF THE ETERNAL SON - DAMIEN JURADO
21. TOO BRIGHT-PERFUME GENIUS
20. BENJI - SUN KIL MOON
19. ENCYCLOPEDIA - THE DRUMS
18. YOU'RE DEAD- FLYING LOTUS
17. ST VICENT- ST VICENT
16. TOO TRUE - DUM DUM GIRLS
15. BOY- CARLA BOZULICH
14. ARE WE THERE - SHARON VAN ETTEN
13. ANGEL GUST: RED CLASSROOM - XIU-XIU
12. THE FUTURE'S VOID- EMA
11. WARPAINT-WARPAINT
10
MOON
SNOWBIRD
Bella Union
Establecido
en Londres, Simon Raymonde (ex Cocteau Twins) adquiriría un piano pequeño (baby grand piano) en una
subasta on-line y encontrando espacios dentro de su apretada agenda, lo tocaría
a la luz de la luna, mientras que Stephanie Dosen en North Carolina (EEUU), recibiría por mail piezas cortas de
piano, cada noche por 12 días de parte del músico. La cantante
devolvería a cambio asombrosos registros vocales. Después de dos
semanas, Snowbird tenía las bases de lo que sería su primer álbum.
A
pesar de la separación física de sus compositores al momento de su creación, Moon se
caracteriza por su uniformidad e íntimo sonido. “I Heard The Owl Call My Name”
posee una mágica combinación de voces y unos efectos ondulantes de guitarra de
lo más envolventes. En la hermosísima balada “All Wishes Are Ghosts”, Simon
Raymonde pone su rúbrica mostrándonos sus grandes dotes musicales que junto a la voz de Dosen golpean con fuerza al corazón. La pedal
Steel, el piano y la etérea voz de Stephanie en “Charming Birds From Trees” nos
llevan por parajes ensoñadores. La
suavidad acústica de las guitarras, percusión y piano más la dulce voz de
Stephanie se convierten en una agradable caricia para nuestros oídos en “Where
Foxes Hide”, en temas como “Amelia”, “Bears On My Trail” y “Porcelain” prosiguen el trato con cariño a nuestros sentidos. Susurrantes
voces yuxtapuestas van en ascenso hasta ser irrumpidas por rasgueos de guitarra
que nos trasladan a oníricos ambientes en la etérea “Come To The Woods”. “We
Carry White Mice” se convierte casi en un canto a capella. Una trágica atmósfera para un triste canto en “In
Lovely”. “Heart Of The Woods” la pieza que cierra el disco se sale un poco
fuera del cuadro, por sus beat iniciales y programaciones, convirtiéndose en
una buena introducción de lo que será el disco extra, Luna, que contiene los
remixes hechos por RxGibbs de todos los temas de la obra, llevándonos por otras
latitudes sonoras.
Moon logra transportarnos a
lugares mágicos y misteriosos, en donde lo angelical se mezcla con lo
fantasmagórico, cuyos once temas exhiben un atmosférico y gaseoso pop, lleno de
música elegante, delicada y celestial. Hecho por alguien como Raymonde que sabe cómo hacerlo.
9
TOTAL STRIFE FOREVER
EAST INDIA YOUTH
Stolen Recordings
Cuando William
Doyle exterminó Doyle & The Fourfathers también se alejó de las guitarras para
refugiarse a un teclado portátil y ensayar durante horas nuevas sonoridades, presentándose
bajo un renovado nombre, East India Youth y presentarnos el 2014 el mejor álbum debut
que haya salido del Reino Unido. Desde la atrayente atmósfera de sonidos
computarizados combinándose con un siniestro piano que desembocan en la hipnótica “Glitter Recession”, las atmósferas espaciales de “Total Strife Forever I” , los golpes
ondulantes pero sutiles de “Dripping Down”, los cíclicos beats de “Hiterland”,
las pulsaciones y los teclados in crescendo de la emotiva “Heaven, How Long”,
cuyo bailable final resulta fabuloso, la excepcional “Total Strife Forever II” que
pareciera extraída de uno de los Ambient del gran Brian Eno, pasando
por la experimental “Looking For Someone” que tras un canto a capella se van añadiendo
diversos sonidos hasta volverse en una grandilocuente marcha de sintetizadores,
hasta las piezas instrumentales del final que se inician con “Midnight Koto” dicen
mucho del ímpetu explorador del inglés con los teclados.
Total Strife Forever es un gran disco de versátil electrónica
dejándonos sugestivos bosquejos de hacia dónde puede ir el futuro musical de
Doyle, pero por ahora disfrutemos de su sugestiva electrónica donde confluyen
lo espacial con lo íntimo.
8
HOME
BROCK VAN WEY
Echospace
Qué hermoso
disco, el que ha concebido el músico de origen norteamericano Brock Van Wey,
una impresionante obra de arte. Casi tres horas de estética música atmosférica “empacada”
en dos discos, cuyos bellos sonidos esculpidos en su mayoría con sintetizadores
y teclados, que sirven de efectiva plataforma para que se deslicen hipnóticas
voces angelicales, que por instantes se tornan fantasmales, que nos transportan hacia
lugares de ensueño, como si el músico pusiera ante nuestra presencia pacíficos paisajes naturales, propios de las montañas, lagunas, o desiertos inhóspitos, haciéndonos experimentar
poderosas emociones recargándonos de energías positivas, logrando que este
álbum dividido en dos actos en su conjunto se convierten en una especie de
terapia purificadora. Indescriptible tanta belleza.
7
AURORA
BEN FROST
Bedroom Community/Mute
El australiano
residente en Islandia, nos lleva a intensos climas de terrorismo sonoro en su
compacto y durísimo Aurora, tomando como estandarte el ruidismo a través de sonoridades industriales, góticas, darks, electroacústicas,
ambient y electrónicas, creando piezas musicales macizas, con percusiones
batallando una sobre la otra, sintetizadores saturados, frecuencias elevadas al
tope, transmitiendo en su oyente sensaciones de angustia ante una inminente destrucción
o de tensión y misterio frente a lo desconocido. El de situarnos frente a un
ambiente de catástrofe natural o atmósferas temblorosas como en "Nolan", propias de los tantos
parajes gélidos y volcánicos del país en el que ahora habita el músico.
Escuchar este
disco a un volumen elevado se convierte en una toda aventura de peligrosas emociones,
de deleite ante la expulsión sónica desatando toda su energía y furia logrando sacudir nuestros parlantes –imposible escucharlo con audífonos, a no ser que quieres
destrozarte los tímpanos- de contemplación de la destrucción, y sobre esos
parajes ruinosos, nos deja todavía más desconcertados con la épica pieza
final, “A Single Point Of Blinding Light”, trayéndonos iluminación sobre los escombros. Escuchar este álbum resulta todo un disfrute de un “viaje” repleto de ambientes confusos e
inquietantes-Destruir para construir.
6
BÉCS
FENNESZ
Merge Records
Hace
10 años quedé estupefacto con el maravilloso Venice, obra cumbre del
músico austríaco Christian Fennesz, constituyéndose en todo un legado para la
posteridad ambient y electrónica. Una década más tarde, este artista de
vanguardia vuelve a destrozarme el cerebro con otro magnífico trabajo, del cual
me enamoré a “primera vista” por lo que no podía dejar de escucharlo una y otra
vez por dos noches seguidas. Estamos ante una nueva obra maestra en la carrera
del vienés. Donde delicadas texturas de cuerdas y cristalinas sonoridades nos
sumergen a las profundidades del mar en el tema inicial “Static Kings”, dejando
un poco de lado la instrumentación abstracta de anteriores obras, para en
cambio dejarnos escuchar con transparencia, guitarras, sintetizadores, bajo y
percusiones. Pero esto será solo un espejismo pues la sórdida densidad de “The
Liar”, que posee un sonido lacerante y áspero a los oídos, nos vuelve a
hipnotizar por las sendas del tormento sonoro.
Notas distorsionadas de cuerdas en “Liminality” hacen que una tensa
calma se apodere del ambiente, que irá despejándose conforme se van agregando
sonoridades más densas de sintetizadores, guitarras sin filtro, ruidos y capas
shoegazing, confluyendo todo en un sonido ruin y en 10 minutos para el delirio.
La alucinante pieza ambient “Pallas Athene” se convierte en una especie de
soundtrack de paisajes visto desde las alturas de una aeronave. Teclados
distorsionados y una maraña de ruidos tormentosos sembrarán una atmósfera de
singular dramatismo al abstracto tema. Continua la pieza que da título al
álbum, “Bécs” cuyas notas y bajo acompañan al sonido deformado de un piano, y
engorrosas capas de feedbacks y acoples, que van envolviéndonos hasta
atraparnos y perdernos en su infinito loop que resulta irresistible. Otra joya
del disco.
La
abstracción acústica y digital se combina en “Sav” para entregarnos deliricos momentos
de complejidad sonora. Esta verdadera obra de arte de experimentación sónica,
llega a su final con las melancólicas cuerdas acústicas de “Paroles” por donde
irán transitando paulatinamente ruidos y sutiles sintetizadores. Son siete
canciones cuyas esplendorosas sonoridades nos arrebatan hacia ensoñadores
ambientes, parajes oníricos perdidos en el bosque de nuestra memoria,
gobernados por la nostalgia, la melancolía y el delirio. Una obra
imprescindible en tu colección.
5
MORNING PHASE
BECK
Virgin EMI
Como el mismo artista lo manifestó, este disco es una
prolongación o “acompañante” de Sea Change, donde ensoñadoras capas
de folk son decoradas por arreglos orquestales, que sirven como el fondo
musical perfecto para sus taciturnas líricas, quizás influenciadas por su para
forzada sufrida a raíz de una lesión en la espalda, tiempo que aprovechó para
reflexionar sobre un mundo en decadencia, y desarrollar sonidos más introspectivos y sombríos.
Si bien se trata de un disco intimista, irradia una etérea luminosidad. Algunas
canciones nos remiten a Nick Drake y a lo realizado por otros
íconos de los 60s como The Beatles (en Abbey Road), Byrds o Simon & Garfunkel, presentando un sonido
que ofrece una sensación de desamparo y soledad, merced a su intensidad
acústica, a pesar de los arreglos orquestales –que si bien no acaparan la
atención, sí incorporan elegantes fondos musicales-donde la voz de Beck, suena
lejana y con eco, envuelta en melodías de añeja psicodelia. Morning
Phase suena mágico, ensoñador, de serenidad inquietante, cada canción
es una invitación a escuchar la siguiente, sobresaliendo “Morning” y “Wave”,
cuya música se convierte en un perfecto soundtrack para apreciar los primeros
rayos del sol cayendo sobre la naturaleza.
Morning Phase es un disco que de manera
tranquila, plácida y pausada, asimila la adversidad para confiar en el futuro
de un nuevo día, donde la melancolía luce relajada y resignada, cuya tristeza
no deprime, y su belleza radica en su delicado equilibrio sonoro.
4
SOUSED
SCOTT WALKER + SUN O )))
4 AD
El anuncio del
arribo de esta obra colaborativa entre el gran Scott Walker y la banda de drone doom de Seattle Sun O))) era prometedor, realmente todo
un evento. ¿El resultado? Superior a lo esperado. Un impactante, arriesgado y claustrofóbico
disco de principio a fin, cuyas densas, oscuras, y extrañas sonoridades,
creadas por distorsionados acordes de guitarras, látigos, otros ruidos y golpes
bizarros que transitan sin un patrón definido, acompañados por la operística y angustiosa voz del cantante nos envuelven a través de sus ambientes siniestros, tétricos y
escalofriantes, algunos de ellos limitando con la locura.
La disparatada pieza de rasgos operísticos “Brando”,
los amenazadores y pesados ambientes de “Herod2014”,
la “masa” sonora de “Bull” golpeándonos con rudeza, sacudiéndonos los sentidos
de un lado a otro, y la voz de Walker enloqueciéndonos, la atmósfera maníaca de
“Fetish”, donde el desgarrador canto del artista acompañado de filosos teclados
y unas lunáticas voces nos dejan desconcertados tras minutos de pausado misterio
en la horripilante “Lullaby”, capaz de
causarnos sobresaltos, son muestras de las sensaciones amenazantes que se
experimentan a lo largo de esta obra de terror, cual sentimiento de ser
perseguidos por un ser maligno. Si bien el 2014 han salido otras obras de
experimentación extrema, la reunión de estos dos “monstruos” no tiene
comparación.
3
LOST IN THE DREAM
THE WAR ON DRUGS
Secretly Canadian
Se
creía que la partida de Kurt Vile de la banda apenas lanzado su primer álbum,
afectaría la producción de la misma, sin embargo no ha sido así, pues The War
On Drugs nos entrega el mejor trabajo de su carrera. Un disco que desde el
inicio con la prolongada “Under The Pressure” logra cautivarnos por su
majestuoso y sofisticado power pop, a lo Simple Mind o la elegancia de los
Prefab Sprout, tema directo a convertirse en uno de los mejores del 2014. Pero
la propuesta sonora de los liderados por Adam Granduciel limita más entre la
psicodelia y el folk.
Lost In The
Dreams
es un álbum de música paisajista, con sonidos que se encargan de ir
construyendo en nuestras mentes firmamentos, horizontes, caminos, como en la entusiasta
“Red Eye”. Cada uno de sus diez temas, han sido labrados de manera magistral, sonando gloriosos, caracterizados por su genial fluidez a pesar de su
extensión. Resalto nuevamente la capacidad de la banda en lograr exquisitas
texturas sonoras que nos conduce por parajes surreales, esculpidos a base de
densas guitarras, reverbs, sintetizadores iluminados y portensosas percusiones.
En las que a pesar de tomar sonoridades propias de Bob Dylan, Tom Petty o Bruce
Springsteen, los liderados por Granduciel las hacen sonar como nuevas, y ponerme
a pensar en la bendita palabra “retrofuturo”.
Estamos
pues ante una obra que combina con perfección lo psicodélico con el folk y el
pop sofisticado, que tienen en “Eyes To
Wind” o “Burning” un claro ejemplo de lo sentenciado, así como la
experimentación instrumental de “Haunting Idle”, que logra conmovernos hasta
las profundidades del alma.
2
TO BE KIND
SWANS
Mute
El añejo músico norteamericano Michael Gira y compañía, han logrado superar con creces lo hecho en el grandioso The Seer (2012) -uno de los mejores discos de la presente década- pues estamos ante una obra
apoteósica, qué sonidos para más apocalípticos, despiadados, tétricos, desalmados,
violentos, malignos, grotescos y estrepitosos el que ha logrando reunir Swans
para To
Be Kind, sarcástico título para una colección de oscuros drones, espectrales atmósferas blues y folk, voces orates (los dementes gritos en
español de Gira “Sangre es vida/…Sangre es amor”), desquiciados ambientes mantras,
metálicos sonidos (obra y gracia de Thor Harris) y otras perturbadoras
sonoridades que escuchamos y ¿disfrutamos? a lo largo de los dos discos que
conforman este extenso álbum.
To Be
Kind es todo un recorrido por los senderos de la demencia y la
pesadilla infernal, asfixiante, apretándonos el pecho, sin escapatoria, pero
paradójicamente del que no sentimos incomodidad. Swans ha concebido canciones monumentales marcadas por lo denso y lo psicodélico, además de sus sorprendentes
golpes sonoros o cambios de ritmo que nos “sacan de lugar”, como en la
prolongadísima “Bring The Sun/Toussain’t L Ouverture” (¡34 minutos
increíbles!), los delirantes ensayos sonoros de los temas que componen el
segundo disco son esplendidos, pero en suma las 10 piezas que forman parte
de To Be Kind son impecables, extraordinarias en el
mejor sentido de la palabra, asimilan a la perfección la visión
maquiavélica de su creador, demostrando que a diferencia de otros
veteranos que se refugian en su glorioso pasado, Michael Gira vive del
presente, en merito a su inacabable creatividad que por lo visto todavía está
ávida de entregarnos más obras espectaculares y señalando al resto de
"jovenzuelos" el camino a seguir en pos de la experimentación
rockera, y ahora entregándonos otro innovador álbum para la historia.
1
JULY
MARISSA NADLER
Sacred Bones/Bella Union
Marissa
Nadler reniega de la etiqueta “folk-etéreo” o “dream-folk” y hasta
“fantasmagórica” con la que ha sido asociada su música, pero tras escuchar su
bellísimo álbum July, resulta difícil encontrarle otra descripción al estilo
musical desarrollado por la artista en su sexta larga duración, repleta de
sonidos que recrean oníricos parajes.
Pocas obras musicales como la realizada por
Nadler pueden producir efectos tan poderosos en el ser humano. Escuchar July se convierte en todo un
acontecimiento, pues es para disfrutarlo en la soledad de nuestra habitación
recostado sobre nuestra cama contemplando la nada, en donde su música logra
“dibujarnos” escenas y paisajes embargados por la ternura, la nostalgia, la tristeza, el romance, el
fracaso y otros sentimiento similares por los que ha transitado nuestra
existencia. En donde la voz y la música de Marissa Nadler resultan semejantes
al consolador regazo una madre albergaba los lamentos, llantos y crujir de
dientes esperanzados de sus hijos, en hallar solución a los problemas, pero que
sin embargo solo ofrecen resignación.
Natural
de Massachusetts pero ahora radicada en Boston, Marissa Rachael Nadler, el
pasado 5 de abril cumplió sus 33 años y su actividad musical se remonta al
2000, teniendo cinco álbumes en su haber: Ballads of Living and Dying (2004), The
Saga of Mayflower May (2005), Songs III: Bird On The Water (2007),
Little
Hells (2009) y Marissa Nadler (2011) lanzado bajo
su propio sello discográfico. Además de un número considerable de EPs. Entre
sus influencias destaca la obra del gran Edgar Allan Poe y la música de
Leornard Cohen y Joni Mitchell. A
pesar de su respetable producción su carrera ha sido caracterizada por el
silencio comercial en contraste con el aplauso recibido por parte de la crítica
especializada.
Hija
de una pintura abstracta, Marissa compondría durante su adolescencia algunas
piezas musicales, pero consideraría a la música como un hobby y siguiendo los
pasos de su madre estudiaría pintura en la Rhode Island School of Design, obteniendo
el grado de Bachiller en el 2003 y un Master’s degree al año siguiente. Es más
tras la salida de su epónimo quinto álbum, Nadler había decidido dejar la
música, vendiendo sus instrumentos y dedicándose a ser maestra en una escuela
de pintura, pero la gente de Sacred Bones Records la convenció de seguir con la
música. El bagaje cultural de Marissa Nadler ha jugado a su favor en July
pues al escucharlo, uno siente que está frente una obra de arte, donde Nadler ha
pintado un cuadro de nostálgicos paisajes. A Marissa parece no importarle
mostrarnos su lado más frágil y vulnerable, extraída de las profundidades más
turbias de su alma, retratándonos con sus letras escenas tan trágicas pero
comunes de la vida como el desamor, la desolación, y una ciudad sumida en la
rutina de sus habitantes, por la que atraviesa y canta con melancolía,
desesperanza y algunas veces de manera fantasmagórica sus propios recuerdos,
apoyados por sonoridades de añejo folk.
July transmite un sonido gris, rescatando
la belleza que podemos encontrar en medio de las adversidades de la vida, esas
que a veces las lágrimas nos impiden contemplar, y del verdadero amor, aquel
que no es dominado por la fantasía sino que está dispuesto a aceptar la
realidad y a tomar las cosas con resignación. Aunque parece contarnos parte de
nuestra historia, Marissa ensaya una suerte de catarsis para liberarse de sus
penas amorosas ocurridas un 4 de julio (“Firecrackers”), por ello el título del
disco, grabado en Seattle y producido por Randall Dunn, reconocido por sus
trabajos con bandas de doom y black metal, otorgándole ese ambiente sonoro
grisáceo que predomina en la obra.
Las
delicadas y ensoñadoras cuerdas acústicas de “Drive” nos introducen a un mundo
introspectivo, íntimo, que a la vez nos resulta familiar pues solo es conocido
por nosotros, ambientado por nostálgicas melodías y voces espectrales que
escarban en nuestros recuerdos más profundos, y donde la pedal steel guitar
irrumpe para esparcir rasgos sombríos. Luego en “1923” sus oscuras cuerdas y sonidos crean una atmosfera
vaporosa, que nos trae a la memoria la obra del gran Leonard Cohen. Un
esplendido soundtrack para un largo viaje mirando por la ventana los paisajes
de la carretera, extrañando y torturándonos con aquello que hemos dejado atrás.
La hermosísima voz de Marissa
se vuelve omnipresente en “Firecrackers”, dejando
relegada la instrumentación a un segundo plano, situándonos en medio del
lamento en pleno sunset, otra vez añorando aquello que nunca volverá. Mientras que en la tierna “We are Coming
Back”, la
cantautora halla solaz en su hogar de infancia.
Los
primeros acordes de las cuerdas acústicas, acompañandos por la voz de Marissa,
van creando una imperceptible sensación ascendente tras la introducción del
ensoñador sintetizador en la fantasmal “Dead City Emily”. Sigue “Was It A Dream” que se convierte quizás en el
tema menos minimalista del álbum, dando paso a un mayor protagonismo
instrumental.
En “I’ve Got Your Name” la
Nadler explora otras texturas sonoras alejadas de las ambientaciones grises, mostrando
mayor cercanía con el R & B. La densa “Desire”, poco a poco nos va alojando en un
imperceptible y glacial in crescendo de apacibles ambientes. En “Anyone Else” sus cíclicas cuerdas resultan hipnóticas y los coros
de Nadler colindan con el más allá. Nuevamente el nailon y la madera crean
taciturnos paisajes en “Holiday In”. Mientras que “Nothing In My Heart” nos causa esa horrible pero adictiva
sensación de vacío que muchas veces hemos experimentado en el pecho. Con esto
Marissa nos anuncia la triste despedida de este apesadumbrado álbum, con una
desesperanzadora voz acompañada por un apenado piano. El adiós perfecto para
este fantástico, bello y delicado disco, el último resplandor del atardecer, el
colofón idóneo para lo que ha significado disfrutar de una travesía por
nuestros recuerdos, de la que Marissa gracias a su hermosa voz y onírica música
nos ha hecho volver a contemplar. Su portada refleja a la perfección el
concepto del mismo. A pesar de lo oscuro del pasado y de lo que aún puede
parecer el presente, existe un futuro radiante aunque este no sea por ahora tan
claro para nosotros.
REVISA LAS RESEÑAS ANTERIORES DE LOS 50 MEJORES DISCOS MUNDANOS
EPISODIO 1: 50-40
EPISODIO 2: 39-30
EPISODIO 3: 29-21
EPISODIO 4: 20-11