Este año ha sido productivo en cuanto a producciones, sobre todo álbums debut, sorprendentes retornos y afianzamientos, así como la consolidación de los sellos discográficos, como siempre bregando contracorriente y confiados en el espíritu DIY...Sin mucho floro comenzamos nuestro recuento anual.
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Foto: Joshua Cahua |
¡VÁMONOS!
WAYO
Su melódico pop-rock,
permanece en el limbo de las etiquetas, ni comercial ni extremo, eso habla del
sello personal que le imprime a su música y se sigue viendo reflejado en su
sexto álbum, cuyo tema que da título a la placa, se perfile como su mejor canción.
El cantautor concibió su
disco pensando en los días de la semana, y qué podía ofrecerle a cada uno de
ellos, por esa razón los siete temas relacionados con la esperanza en los
sueños y el desconectarse de lo tóxico del mundo, ahí están “Desconéctate” o la
entusiasta “En un mundo artificial” o las tiernas guitarras de “Perdidos en la
noche” entre ambientes ruidosos y gaseosos como muestra.
LUCES
DISTANTES
QUAZARES
Al trío de revival post-punk,
Marvin Torres (Voz y guitarra), William Flores (Bajo) y Pedro Contreras
(Batería), le tomó una buena cantidad de años lanzar su debut. Desde el saque
nos embarga la nostalgia con sus sonoridades ochenteras, con la maquinal
"Escapar", evocando al “Temptation” de New Order, para luego mutar
hacia enrarecidas atmósferas. Luego las cristalinas y ensoñadoras
"Hidronave", "Trancelucido" y la atmosférica "Planeta
Lejano" remitiéndonos sonoridades Cocteau Twins. Temas como "Pasiones
Languidas" o "Rozar la Eternidad", guardando deudas con los
Dolores Delirio. Destacan también las guitarras espaciles de “Mal corazón” y
sus atronadoras cajas de ritmos, las bases “dance” de “Prisión Digital”. Pero
nuestro favoritismo reposa en las lóbregas y vaporosas “Marea Nebular”
(hipnótico tema instrumental) y la etérea “Hidrosfera”.
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Foto: Facebook de la banda |
SATÁNICOS
MARIHUANOS
SATÁNICOS
MARIHUANOS
Necio Récords
Pesadísimo debut del trío
“doom”, conformado por Gabriel Carcelén (Guitarra), Andrés Silva (Bajo) y
Renato Sauri (Batería). Iniciando su disco con el retorcido rocanrol de “Stone
Pleasure”, denso, galopante y demoledor. Sigue la maciza psicodelia de
“Troneited”, evocando ambientes sesenteros, siempre con esos rasgos caóticos,
tan presentes en toda la obra, para luego estrellarse con los portentosos
redobles y veloces guitarrazos, hasta concluir con una marea de distorsiones y aporreos. Siguen, las ambientaciones de suspenso
con “Poseído por la luna”, siendo llamativas las brutales descargas de guitarrazos
que transcurren de manera cíclica hasta su final.
Su ¿auto-himno?, “Satánicos Marihuanos”, dispara corrosivos punteos para emprender una perversa marcha, apoyada por un inquietante bajo, derivándose hacia vertiginosos estruendos “hardcore-punk” y voces del averno gritando el nombre del grupo. En “Weed Napalm”, nuevamente tras una espesa marcha, erupcionan guitarras y percusión, con voces guturales hasta “comerse” el micrófono. Cierra este mefistofélico registro, el tema adicional, “Evil Bong”, de climas frenética, resultado de su corroído ruidismo y asfixiante.
Su ¿auto-himno?, “Satánicos Marihuanos”, dispara corrosivos punteos para emprender una perversa marcha, apoyada por un inquietante bajo, derivándose hacia vertiginosos estruendos “hardcore-punk” y voces del averno gritando el nombre del grupo. En “Weed Napalm”, nuevamente tras una espesa marcha, erupcionan guitarras y percusión, con voces guturales hasta “comerse” el micrófono. Cierra este mefistofélico registro, el tema adicional, “Evil Bong”, de climas frenética, resultado de su corroído ruidismo y asfixiante.
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Fotografía: Roberto Rossi |
ANÓMALA
VERONIK
Laberíntica Records
Desde
su colorida y psicodélica portada, difumándose en nuevos tonos, Veronik anticipa
lo que logrará con su disco, una serie de temas de experimentación versátil con
el theremín, aunque hay piezas como “Crisálida” o “Primavera”, donde podemos
apreciar su voz.
Si
bien el tema inicial, “Crisálida”, ya ha sido presentado en el disco de Matus
(banda a la que pertenece), pero con una instrumentación acústica, a esta
versión le agrega arreglos espaciales aumentando esa sensación de profunda
tristeza que embarga al tema. Luego diversos ambientes sombríos se suceden,
intriga en “Cerré los ojos”, embrujados para “Tormenta”; bizarros en la
experimental “Gallinazos”, donde al theremín lo hace “cantar” como soprano o
desgarrador sonido de este instrumento en “Anómala”.
Finalmente, en “Adiós Laberinto” el theremín suena a lamento, sobre las cuerdas de un ukelele y en la crepuscular “Primavera”, la artista nos canta en tres idiomas, en medio de una surreal sonoridad que nos incita a escapar de la realidad.
Finalmente, en “Adiós Laberinto” el theremín suena a lamento, sobre las cuerdas de un ukelele y en la crepuscular “Primavera”, la artista nos canta en tres idiomas, en medio de una surreal sonoridad que nos incita a escapar de la realidad.
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LUIS
GUZMÁN
Anti-Rudo Records/Cuaderno
Roto Producciones
Luis Guzmán, no es el nombre
de un solista, sino del cuarteto conformado por Santiago Barriga (Voz y
guitarra), Giacomo Roncagliolo (Voz, guitarra y sintetizador), Hernando Suárez
(Bajo, guitarra y sintetizador) y Mario Acuña (Batería) y que tras tres años de
silencio discográfico, editaron su segunda producción, donde somos conducidos
por su versátil propuesta contextualizada en un entorno crudo y áspero, acelerando
y desacelerando sus ritmos con propiedad, dándose respiros para retornar con
mayor intensidad sonora como en la pieza de cierre “La última canción de Luis
Guzmán”.
Aunque persisten con sus ambientaciones bruscas, de su primigenia época, la banda ha da pasos la experimentación como en la atmosférica “La Ilusión del sol” o las melódicas cuerdas de “Mía”. Ahí también tenemos el corrosivo rockabilly de “Verano 2012” desembocando en un caótico ambiente, el punk melódico de “Verano 2012”, los juguetones sintetizadores y cuerdas acústicas acurrucándonos en la lúdica “Colores sin piel y sin ti no se visten las flores”. Otro episodio interesante es “Chinesse”, con el canto desgarrador de su vocalista, en medio de frenéticas bases rítmicas o los vaivenes guitarreros de “La última canción de Luis Guzmán”.
Aunque persisten con sus ambientaciones bruscas, de su primigenia época, la banda ha da pasos la experimentación como en la atmosférica “La Ilusión del sol” o las melódicas cuerdas de “Mía”. Ahí también tenemos el corrosivo rockabilly de “Verano 2012” desembocando en un caótico ambiente, el punk melódico de “Verano 2012”, los juguetones sintetizadores y cuerdas acústicas acurrucándonos en la lúdica “Colores sin piel y sin ti no se visten las flores”. Otro episodio interesante es “Chinesse”, con el canto desgarrador de su vocalista, en medio de frenéticas bases rítmicas o los vaivenes guitarreros de “La última canción de Luis Guzmán”.
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Foto: FL Fotografía |
LO QUE NO PUDIMOS CAMBIAR
MI JARDÍN SECRETO
Cuaderno
Roto Producciones
El
retorno de la banda se dio con este material, donde cohabitan variopintas
sonoridades, desde las melódicas, pasando por las nostálgicas, hasta llegar a
las ruidosas, que particularmente son las que más nos emocionan del álbum, que
contó con la producción de Gonzalo Alcalde (Los Protones), dejando su sello
“surf-rock” en la pieza inicial, “La Importancia De No Hacer Nada”, llevándonos
a sospechar que este registro se explayaría por el lado de la fusión, pero las
melodías playeras, no regresarán a lo largo del disco.
Es
así que se suceden, hipnóticas distorsiones en “Los Muertos que Olvidamos”, una
vorágine de corrosivas cuerdas y portentosas percusiones en la explosiva
“Vitamina”, irrumpiendo ráfagas de rasgos “noise”, distorsiones y punteos a lo
Sonic Youth, dispuestas a patear todo lo que encuentren en su camino. La
melódica “Hay Tanto Espacio”, con la ensoñadora voz de Susana Cebrian (Gomas),
establecerá un momento de solaz. Más rock melódico prosigue con “Efectos
Espaciales” y sus interesantes cambios de ritmo, por esa senda nostálgica
transita: “Luces de Ciudad” y “Ya No Hablo Con Voz de Ayer”.
Las vertiginosas (y etéreas) guitarras regresan triunfalmente en “Ellos Viven”, con sonoridades agridulces, incursionando elegantes toques de teclado, distanciándose totalmente de su veloz inicio. En la breve “Infame”, retorna el ruido para recrear una pugna entre guitarras. Mientras que en la reflexiva “Nadie Preguntó Por Ti”, con sus excitantes cuerdas oníricas ponen punto final al disco, del cual nos quedamos con sus episodios galopantes, desenfrenados y ácidos dispuestos a dejarnos sin aliento.
Las vertiginosas (y etéreas) guitarras regresan triunfalmente en “Ellos Viven”, con sonoridades agridulces, incursionando elegantes toques de teclado, distanciándose totalmente de su veloz inicio. En la breve “Infame”, retorna el ruido para recrear una pugna entre guitarras. Mientras que en la reflexiva “Nadie Preguntó Por Ti”, con sus excitantes cuerdas oníricas ponen punto final al disco, del cual nos quedamos con sus episodios galopantes, desenfrenados y ácidos dispuestos a dejarnos sin aliento.
EL
FILIN HA MUERTO
KILL
AMIGO
El ritmo demoledor e
incendiario de la intro “Bonzo”, es la chispa que origina el fuego, y prepara
el ambiente para que prosigan una serie de temas veloces y repletos de adrenalina,
como “Bomba”, el corrosivo rocanrol de “Relajantes Musculares”, el explosivo
rockabilly de “Esoterismo”, un conjunto de temas ideales el pogo. También
destaca el punk ramoniano de “No estoy listo para hablar”, la caótica “Tu Voz”.
Sonidos sin arreglos, disparados a mansalva, sin afinación, proyectándose sin
patrón sino más que ganas de desfogar el desencanto reprimido.
Este álbum expulsa punk visceral, sin arreglos, pleno de canciones sin aspiraciones sofisticadas, sino las de gritar y cantar desorejadamente, actitud pura, de aquella que manifiestan al parecer, según el título de la obra, ha fenecido.
Este álbum expulsa punk visceral, sin arreglos, pleno de canciones sin aspiraciones sofisticadas, sino las de gritar y cantar desorejadamente, actitud pura, de aquella que manifiestan al parecer, según el título de la obra, ha fenecido.
Foto: Rafael Lavado Guerrero |
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PULP
FICTION-SURF THEMES
By
LOS STOMIAS
Mosquito Records
Tras más de una década de
formación y lanzar uno que otro “single” y EP por diversas plataformas, además
de formar parte de compilatorios “surferos” de distintas partes del globo
terráqueo, así como interpretar a Los Yorks en la película nacional “Rocanrol
68”, la banda de revival surf-rock, Los Stomias, por fin estrenan álbum, y de qué
manera, regalándonos un verdadero festín psicodélico, al versionar piezas
extraídas (y otras no) del “soundtrack” del emblemático film noventero de
Quentin Tarantino, “Pulp Fiction”.
Podría resultar poco creíble
apostar por un disco de covers como debut para un combo sonoro, pero la
conducción musical a cargo de Eloy Stomia y Antonio Castillo, recreando cada
una de las pistas y añadirles su corrosivo y crudo toque personal, matizado con
“garage-rock”, resulta convincente, pues los temas versionados, adquieren mayor
vigor y un sonido más ruin. De otro lado, su auspicioso arte de portada,
complementa perfectamente su contenido musical, cuyas caóticas ilustraciones, a
cargo de Fernando Castillo y diseñadas por Margarita Calle, parodian el arte
original, dándonos una idea del tratamiento sonoro que Los Stomias le han
impregnado a su versión del “soundtrack”.
La obra sonora, de atmósfera
sesentera, ambientada por “fuzz”, “reverbs” e instrumentos de vientos, alterna
cada tema con fragmentos de diálogos extraídos del film, resultando hilarante
recitación de Ezequiel 35:15 a cargo de Samuel L. Jackson, antes de sentenciar
a sus víctimas. Guitarras vertiginosas y agresivas por momentos, oníricas y
enigmáticas en otros, descarnados punteos, junto a frenéticos farfisas y
variopintos saxofones, conciben ambientes inquietantes, delirantes y
misteriosos que en suma consiguen una delirante obra, dejando bien librados a
sus autores, ante su arriesgado proyecto.
21
EL
OTRO INFINITO
Chip Musik
En su segundo acto sonoro del
año, Alfonso Noriega, A.K.A El Otro Infinito, mira hacia el “ambient music”
para combinarlo con sus sonidos misteriosos y transnochadores, de rasgos IDM,
tan familiares en su obra.
Enigmáticos sintetizadores a
manera de preludio, dan pase a la ebullición electrónica de la inicial
“HánAnke!!!”, adornada por espontáneos y cristalinos sonidos electrónicos. En
la minimalista “Hypnia”, arremeten palpitantes “loops”, además de alternarse
con densas y tensas líneas de “synth”, generando ambientaciones de suspenso. “Moloch”,
composición que contó con la participación de Ionaxs, posee características esotéricas,
sucediéndose distorsiones atmosféricas para luego desvanecerse hasta que una espectral
caja de ritmo concluye la pieza.
Más sonidos alterados, de guitarras
sampleadas, se enlazan con sintetizadores fantasmales y envolventes
percusiones, para dibujarnos desérticos parajes en “Los dioses de arena”, continuando
un lánguido “synth” y un marcial bucle, para que posteriormente retornen los
arcanos teclados.
Finalmente, el IDM de “Ananké”,
presenta una secuencia impulsada por oscilantes sintetizadores en modo “piano”,
allanando el terreno para que se sucedan ligeras sonoridades cibernéticas.
Mientras que en la gaseosa “Trakl” con sus estallidos “ambient”, soplando sobre
una ligera marea electrónica, pondrán el punto final.
BROKE MY BASS
YUME
STATION
Chip Musik
Yume Station es la nueva
identidad sonora, de Karen Huacasi, la ex bajista de los arequipeños Ruidósfera,
donde se deshace de su clásico instrumento para entregarse a la parafernalia
electrónica y construir sonoridades minimalistas e indescifrables, desde la
intimidad de su equipo móvil.
Este primer trabajo, radica
en su simpleza, inspirada en las ansias de experimentar con las diversas
posibilidades que ofrecen los sonidos y ruidos tan elementales que se dejan
escuchar en sus diez minutos de duración a través de sus siete misteriosas (y
en algunos casos, dramáticas) piezas, comenzando con la brevísima, “Plug 28”,
cuyos peculiares sonidos, cuál látigo que se contrae, emprende la senda
enigmática que rodea esta producción. Luego los sutiles pero resonantes (y algo
saturados) teclados de “Hole”, acompañados por finísimos “beats”, logran
hipnotizarnos. La misma base rítmica prosigue como pista para la inescrutable
“Under”, cuyos recónditos sonidos son manejados de manera improvisada y
aleatoriamente, cuasi antítesis de la anterior pieza.
Casi sin cesar se aproxima
“Faulty”, con sus sinuosos y replicantes sonidos, apoderándose de tu cerebro,
merced a su cautivante instrumentación de rasgos orientales (por encontrarle
una explicación), donde Karen, experimenta, juega y hace lo que le viene en
gana con estos, pero paradójicamente respetando una estructura sónica. En
“Arrived Son”, juega con unas escuetas líneas de teclados pero que resultan
agradables, agregándoles ligerísimas percusiones. Un intento algo más
convencional se viene con “Red Flap”, a pesar de su alterada línea de synth.
Finalmente, los “desérticos” teclados de “Throwback”, evoca cierta ambientación
ufológica.
Breve, pero contundente manifiesto experimental de la arequipeña, cuyas lúdicas sonoridades son capaces de ambientar parajes dramáticos como reflexivos, pese a su riguroso minimalismo.
Breve, pero contundente manifiesto experimental de la arequipeña, cuyas lúdicas sonoridades son capaces de ambientar parajes dramáticos como reflexivos, pese a su riguroso minimalismo.
1977
VÍLCHEZ
HUAMÁN
Ricardo Wiesse Hamann (uno de los cerebros de La Mente) ofrece un más que auspicioso debut solista con un disco
desenfadado desde el arranque con el manifiesto, “Esta Canción”, de liricas elaboradas,
subversivas, rebeldes y contestarías, cuya “recitación” logra conmovernos de
rabia, pues resulta empática, con discursos para agitar el ego “underground” y
el DIY. Todas estas palabras se desplazan sobre sintetizadores minimalistas.
Uno de mis canciones favoritas del año.
Luego, pasamos al lúdico trance de “1977” y de ahí al cansino “reggae” de “Descansar”, para posteriormente ser sacudidos por el juguetón “electro-ska-rock” de “Polo Sur, Polo Norte”, abordando el tema de la bipolaridad. Más “reggae”, fluye en “Con Razón”, destacando sus enigmáticos teclados. Sorpresivamente surgen guitarras industriales con la pieza “Montaña”, cerrando nuevamente con el “reggae” de rasgos “dub”, “Aquí”.
Luego, pasamos al lúdico trance de “1977” y de ahí al cansino “reggae” de “Descansar”, para posteriormente ser sacudidos por el juguetón “electro-ska-rock” de “Polo Sur, Polo Norte”, abordando el tema de la bipolaridad. Más “reggae”, fluye en “Con Razón”, destacando sus enigmáticos teclados. Sorpresivamente surgen guitarras industriales con la pieza “Montaña”, cerrando nuevamente con el “reggae” de rasgos “dub”, “Aquí”.
Un trabajo con característica
de autoanálisis, hablando sin temor de sus desilusiones y hastíos.
EL
GRAN ALTAR
ANCESTRO
Necio Records
Desde su intrigante preludio,
“Ícaro”, el trío trujillano, conformaba por Boris Baltodano (Bajo), Diego
Cartulin (Guitarra, percusión, teclados) y Víctor García (Batería), da pistas
que, en esta segunda producción, de estar dispuesto a experimentar con nuevos
sonidos y enriquecer su pesada propuesta.
A continuación, algunos
detalles para profundizar lo expuesto. A las retorcidas guitarras de
“Mareación”, se suman metales claustrofóbicos, guitarras que despegan para
adquirir rasgos dramáticos, yuxtaponiéndose y mutando en sonoridades
lacerantes, orbitales y resonantes. La ruinosa “Aguijón”, con desbocados
acompañamientos y tambores dispuestos a sacudir nuestros sentidos.
El ritmo marcial de “Purga/el
Gran Altar”, con pisada de pedalera a fondo, y revoloteo de cuerdas, más
afiladas distorsiones y magnéticos efectos esparciéndose en el aire, además de
sus psicodélicos punteos que terminará por envolvernos. Luego la misma pieza
entrará a una etapa más relajada y mística, gracias a sus mágicos punteos, logrando
de los momentos más épicos del disco.
¿Más muestras? Las abrasivas cuerdas de “Agua Muerta”, encimándose para luego silenciarse y dar paso a ambientales arpegios, siderales solos de guitarra, samples de fondo y conseguir un retumbante final. En “Gallinazos”, dándole al trémolo y “wah-wah”, para evocar ambientes espaciales, seguidas por percusiones tribales e ir construyendo ambientaciones misteriosas, para terminar con corrosivas guitarras.
¿Más muestras? Las abrasivas cuerdas de “Agua Muerta”, encimándose para luego silenciarse y dar paso a ambientales arpegios, siderales solos de guitarra, samples de fondo y conseguir un retumbante final. En “Gallinazos”, dándole al trémolo y “wah-wah”, para evocar ambientes espaciales, seguidas por percusiones tribales e ir construyendo ambientaciones misteriosas, para terminar con corrosivas guitarras.
PROCESADO
ATROPELLO!!
Hace tiempo que no escuchaba
un disco tan contundente y brutal como este, que sinceramente evocan mis
primeros contactos con la música visceral, de matices artesanales y violentos,
propios de las maquetas subtes ochenteras.
El violento combo sónico está
integrado por los músicos Richard Nossar (Matus) , “Papa”, Coco
La Rosa (Kaos General) y José Morón (Dios Hastío) en los gritos, quienes nos sacuden del letargo en que
vivimos y volarnos los sesos, que no les toma no quince minutos para lograrlo.
Manifiestos, indignación,
actitud contestataria, caos e ira, son escupidos a través de alaridos, caóticas
guitarras e improvisaciones, inspiradas por las vísceras. Algunos temas podrían
emparentarse por lo hecho por actos como Dios Hastío, así pues, sonoridades “hardcore-punk”,
“grindocore” y “crust” son arrojadas sin mesuras.
Sin duda, un trabajo que se convierte en un certero puñetazo para estos tiempos de modernidad tecnológica y cuya suciedad sonora y “real” es tan necesaria para la estética hipócrita.
Sin duda, un trabajo que se convierte en un certero puñetazo para estos tiempos de modernidad tecnológica y cuya suciedad sonora y “real” es tan necesaria para la estética hipócrita.
Otoños
Cenizas
Con bastante cariño conservo
el casete de Cenizas, “Sin Perdón” (1996), y ahora más de dos décadas después,
sorpresivamente me encuentro con la edición virtual de su EP, dejándome
satisfecho con su sonido “revival”, pero con esa madurez sonora que solo la
vejez puede ofrecer y que no terminó por consolidarse en su primera etapa.
Al iniciarse el disco somos
capturados por su densa marea de guitarras góticas y esos teclados tétricos y
más aún la fantasmal voz de Lucho Málaga, consiguiendo ambientaciones
escalofriantes, sentenciando así, desde el saque su auspicioso retorno.
Las guitarras construyendo parajes atmosféricos de aspectos épicos se presentan en “Escombros”, coordenadas más para la pista de baile con la galáctica “Negra”, las etéreas percusiones de “Otoños”, construyendo capas sonoras in crescendo y ambientes intrigantes, sostienen el esotérico canto de Málaga, además de sus guitarras tenebrosas. Finalmente, los volátiles arreglos de cuerda, dentro de una ambientación lúgubre en la misteriosa “Good & Men”, resulta inhóspita, estamos descendiendo al inframundo, qué tal manjar para el final. Sin darnos cuenta, el EP concluyó, dejándonos con las ganas de seguir nuevamente la música de esta banda “post-punk”. Increíble regreso.
Las guitarras construyendo parajes atmosféricos de aspectos épicos se presentan en “Escombros”, coordenadas más para la pista de baile con la galáctica “Negra”, las etéreas percusiones de “Otoños”, construyendo capas sonoras in crescendo y ambientes intrigantes, sostienen el esotérico canto de Málaga, además de sus guitarras tenebrosas. Finalmente, los volátiles arreglos de cuerda, dentro de una ambientación lúgubre en la misteriosa “Good & Men”, resulta inhóspita, estamos descendiendo al inframundo, qué tal manjar para el final. Sin darnos cuenta, el EP concluyó, dejándonos con las ganas de seguir nuevamente la música de esta banda “post-punk”. Increíble regreso.
Foto: Daniela Sánchez |
26
I
ENJOY THE WORLD
EFRAÍN
ROZAS
Buh Records
El Dj peruano y estudioso en
etnomusicología radicado en New York, a través de su trabajo, presenta un
conjunto de sonoridades emparentadas con el “World Music” y el “New Age”, sintetizadas
en una pieza, abordando el tema del misticismo desde lo cotidiano.
Su prolongada pista se
inicia con diversas percusiones étnicas, seguidas por sonoridades de xilofones
en sus diversas presentaciones que ofrecen las regiones del mundo, sucediéndose
ruidos maquinales, ambientaciones tibetanas, variedades de flautas, además de
varios episodios donde transitan sonidos tribales, disonancias, teclados psicodélicos
como abriendo paso a la fantasía y el sueño, ruidos electrónicos aleatorios e
inconexos de rasgos IDM, voces robóticas y trazos de “ambient music”, para concluir con ambientes misteriosos.
Rozas consigue a
través de sus cuarenta minutos de música ininterrumpida (que le tomó seis meses
de trabajo), sacarnos de nuestro mundo para trasladados por el resto del planeta,
alterando nuestras emociones e ilusiones a través de la meditación en paralelo
con su escucha.
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