“Quería mostrar mi parte más oscura y siniestra…Espero que la gente
pueda ver toda la fealdad que hay en mí y lo infelices que puedo hacer a los
demás…” son las palabras con las que Robert Smith hace una declaratoria de
los objetivos trazados para Seventeen Seconds. ¿Los resultados? Una obra que evoca la penumbra, lo
nocturno y hasta lo terrorífico como el relato de la voz de la siniestra mujer
que llama a Smith en medio del bosque en “A Forest”. Un álbum que muestra una
madurez musical aparentemente ajena para unos aún jovencísimos The Cure.
La segunda parte de esta historia comprende
los años 1979 y 1980, un periodo de cambios en la banda y que se remontan a la
época en la que Robert Smith ni había terminado de grabar Three Imaginary Boys, y
ya tenía la idea de cómo sería su siguiente álbum y en donde musicalmente el
bajista Michael Dempsey simplemente parecía no encajar. Encontrando
compatibilidad con el bajista Simon Gallup e incluyendo al tecladista Matthieu Hartley, Smith recreó sus atormentadas
alucinaciones en uno de los álbumes más sombríos e influyentes de su era post-punk, Seventeen Seconds.
Smith era de la idea que su segundo
álbum tenga sus cimientos en sus bizarros gustos como el Low de Bowie, Five
Leaves Left de Nick Drake, Live Isle Of Wight de Hendrix, Astral
Weeks de Van Morrison y Gayaneh Ballet Suite de
Khachaturian. “Quería que The Cure creara
una especie rara de hibrida música que tenga conexión con esos cinco álbumes” diría
Smith al respecto.
Robert Smith quería desquitarse del
sinsabor que le dejó la producción de su anterior álbum, así que tomó la
determinación que su segunda producción debería ser algo con lo que él se
sintiera orgulloso.
CULT HERO
CULT HERO
La personalidad y ambiciones musicales
de Michael Dempsey iban en dirección opuesta a la de Smith, y representaba un
obstáculo a las pretensiones sonoras del líder de The Cure. Por esa época Smith
conoce a Simon Gallup, bajista de la banda The Magspies con quien encuentra
mucho en común y sobre todo, entabla una amistad. Ambos deciden hacer algunos
proyectos paralelos a sus respectivas bandas, entre ellos hacer una grabación,
reclutando al cartero de la localidad
Frank Bell, quien sería el vocalista y al viejo amigo de Smith, el guitarrista
Porl Thompson. Ese proyecto llevaría el nombre de Cult Hero, y sus sonidos se plasmarían
en un single que nunca vería la luz, “I’m A Cult Hero”. La nueva banda parecía
tener mayor atención de Smith que The
Cure, por lo que el mensaje le quedó claro a Dempsey, Gallup era un mejor socio
para Smith que él.
DE 3 MUCHACHOS IMAGINARIOS A
4 MUCHACHOS SOMBRÍOS
Smith, Hartley, Gallup y Tolhurst. |
Antes de realizarse los cambios en la
formación de la banda, The Cure realizó una gira con los Siouxie And The
Banshees, que tuvo la particularidad de Smith empuñando la guitarra en ambas
bandas, tras la partida del guitarrista Kenny Morris de los Banshees y después
de varias audiciones en donde no encontraron al reemplazo ideal, Siouxie y
Severin le piden a Robert que los acompañe en las cuerdas. Durante el agotador trajín de esa gira,
específicamente un 3 de Octubre, Robert escribió muchas de las letras de Seventeen
Seconds. “Un montón de horroroso y misterioso material vinieron a mi mente esa noche…bastante rabia y angustia.
Me sentí abrumado y muy solitario” recuerda Smith.
A penas terminó la gira, Smith retornó
a su hogar a comenzar su nueva obra, grabando demos caseros, conectando su
Fender Jazzmaster al órgano Hammond de sus padres, construyendo una rara caja de ritmos con los
pedales del bajo del aparato de los Smiths y una grabadora de cintas. Desafortunadamente
para Smith y nosotros, esos demos no sobrevivieron al paso de los años.
Cuando Smith le presentó el nuevo
material a Dempsey, al bajista no le gustó nada de lo que escuchaba, así que Smith
cogió sus cintas y se las llevó a
Gallup, quien se enamoró de ellas. Gallup fue invitado a unirse a The
Cure aquella noche. Smith también invitaría al tecladista de los Magspies,
Matthieu Hartley a ser parte de la banda.
Cuando Simon Gallup llegó a la banda
ya habían sido escritas “Seventeen Seconds”, “M”, “At Night” y “Play For Today”
y otras las hicieron juntos como “In Your House”, “Secrets” y “A Forest”. La
nueva formación empezó a ensayar en casa de Smith en enero de 1980 y poco
después irían a estudios Morgan para trabajar nuevamente con el productor Mike
Hedges.
La compenetración que lograron
Tolhurst y Gallup con Smith fue muy buena, por intuición entendían las ideas
sónicas de Smith y lo que trataba de hacer pero para Hartley fue una tarea
compleja y extraña. Sin embargo, Smith recuerda que se había renovado el
espíritu de camaradería que se esfumó durante
los últimos meses con Dempsey.
MAKING
“SEVENTEEN SECONDS”
En el álbum todos siguieron las instrucciones de Smith |
En el primer día de grabación, la
banda se dedicó a buscar en el estudio todos los sonidos y efectos necesarios
que sirvieran de complemento de las canciones ya compuestas. Para que no vuelva
a repetirse los errores y desacuerdos del primer álbum, Robert Smith se aseguró
que Chris Parry no estuviera en el estudio. “Queríamos crear algo único, personal, y no deseábamos ninguna
interferencia externa. Recuerdo estando en casa realmente feliz y totalmente
obsesionado con lo que estábamos haciendo” señalaría Smith sobre su
libertad creativa para hacer el álbum. “Recuerdo
haciendo ‘Play For Today’ y ‘A Forest’ y pensando, ‘sí, esta es la música que
debería estar haciendo’” Smith realmente estaba viendo materializado su
sueño.
Mike Hudge manifestó sobre el proceso de
producción del disco que “realmente
apreciaba la dirección musical que
estaba tomando el álbum - era triste, atmosférica y muy diferente a Three Imaginary Boys … ellos no estaba
pensando acerca de su comercialización ni su potencial popularidad. Yo seguía
detenidamente las instrucciones de Robert – él tenía la firme determinación que
alcancemos cierto sonido”.
Cuando el tiempo en el estudio estaba
por terminar, ciertos factores económicos metieron “su mano” en el producto
final. Un claro ejemplo es lo que le pasó a “The Final Sound” pieza
instrumental de prolongada duración. Mientras The Cure estaba grabándola, la
cinta se terminó y Hudges no les dijo nada, el escueto presupuesto que manejaba
la producción no daba para más, así que ese sonido extraño que escuchamos al
final del tema es un testimonio de lo sucedido y la canción no llegó ni al
minuto.
El último día en el estudio, Smith le
hizo escuchar a Chris Parry cómo había quedado el álbum y recuerda que “él no estaba muy contento, él quería que
siguiéramos con el pop de ‘Boys Don’t Cry’ y ‘jumping Someone Else’s Train’,
pero él llegó a comprender que a pesar de ser un material muy oscuro todavía
era perfectamente accesible. Hacia el final de la noche él nos dijo que
realmente habíamos hecho un gran álbum”.
El primer single del álbum, “A Forest”
fue el primer sencillo de la banda en alcanzar altas posiciones en los charts
del Reino Unido. A pesar de esto Smith tenía por esa época un espíritu anti-mainstream,
pues no deseaba que la banda se convirtiera en un grupo pop. Pero ello no
impidió que saliera junto a su banda en Top
Of The Pops a pesar del fastidio del propio Smith.
Seventeen Seconds Tour los llevó a tres continentes |
En abril se lanzaría el álbum y un mes
después, el 3 de mayo de 1980 Seventeen Seconds ingresando al
chart de álbumes en U.K. donde alcanzó la posición N°20, logrando un mejor
lugar que su álbum debut. “Siempre pensé
que Seventeen Seconds era como
nuestro primer álbum. Este fue el primer disco que yo sentí verdaderamente que
era The Cure”. Simon Gallup diría al respecto “Nuestro ánimo en Seventeen
Seconds era crear una sensación. No una serie de sensaciones sino
diferentes aspectos de una sensación”
Todo lo que Smith había buscado lograr
con su primera producción lo consiguió con esta. The Cure comenzó a tocar
alrededor del mundo, su gira Seventeen Seconds Tours
los llevó a países como Australia y Nueva Zelandia, además de emprender su
primer viaje a los Estados Unidos por lo que no se preocuparon mucho si tenían
éxito en su tierra. The Cure había hecho las cosas con pasión y la reflejaron en
sus presentaciones en vivo de esa época, su público podía sentirlo y fue el
inicio del “tórrido” romance entre la banda y sus fans.
SEVETEEN
SECONDS – RE-ISSUED 2005 (RHINO RECORDS)
Coincidiendo con su 25 aniversario, Seventeen
Seconds fue remasterizado y
reeditado por Rhino Records en una edición para coleccionistas a inicios del
2005. Un set de dos discos conforma esta colección, que abarca material
desarrollando por la banda entre 1979 y 1980. Conteniendo fotografías inéditas y
notas basadas en las declaraciones de Robert Smith.
El álbum en su época dividió a la
prensa algunos catalogándolo de “triste” mientras que otros elogiándolos. Se trata de uno de los discos más influyentes
de The Cure. Un oscuro disco gobernado por efectos de ecos vocales para darle
esa sensación de lamento, golpes de batería muy simples y minimalistas,
sobresalientes líneas de bajo que denotan dureza y tensión, toques de piano sin
muchos adornos, así como letras melancólicas que muestran a una banda dando un gran
salto musical en tan poco espacio de tiempo.
Abre el disco “A Refletion” una pieza
instrumental minimalista edificada en base a breves notas de piano y punteos de
guitarra, teniendo como fondo el eco de una especie de lamento o gemido de
dolor. A decir de Smith este tema fue compuesto para fijar el estado de ánimo
de todo el disco pero que se rompe con la energía de “Play For Today” una de
las canciones más celebradas por los fanáticos de The Cure en sus conciertos.
En donde efectivos rasgueos de guitarra se combinan con ese rarísimo pero
envolvente sonido de teclados y un Smith cantando con ganas, constituyéndose
así en uno de sus primeros clásicos de la banda. En “Secrets” una estructura
melódica compuesta por piano, guitarra, bajo y batería corre de manera cíclica
hasta su final. De fondo la voz susurrante de Smith que apenas se escucha,
refleja desdicha como si nuestra conciencia nos estuviera soplando al oído. Prosigue la elegante y fría “In Your House”
en donde Simon Gallup se luce en el bajo y ya dando muestra que él y su bajo
sería uno de los sellos característicos del “sonido Cure”. Otro aspecto
resaltable del tema son sus sombrías líneas de teclados que crean un ambiente
misterioso. “Three” con sus tétricas y desorientadas notas de piano y el golpe
seco de batería que acompaña a la lúgubre marcha, conforman una pieza propia de
un film de suspenso, que finalmente se desvanece con el prolongado eco
estremecedor de la batería al finalizar el tema. El álbum continúa con el instrumental
de piano “The Final Sound” que sirve de prólogo para “A Forest”, otro clásico
de The Cure que es recibido con júbilo por sus seguidores durante sus
presentaciones, un tema cuyos sonidos van construyendo una tenebrosa atmósfera,
en donde los oscuros teclados se conjugan a la perfección con los punteos de
bajo y la guitarra de Smith, envolviéndonos en su enrarecido ambiente y su
aterrador relato. The Cure pudieron hacer disfrutable lo “dark” con “A Forest”
que es la mejor muestra de lo que era el “sonido Cure”. Sobre la letra Smith
dice que “fue una pesadilla que tuve en
la infancia y que se hizo realidad en la adolescencia”. Un halo de luz
retorna al ambiente sonoro del álbum con
“M” y sus cuerdas eléctricas y acústicas, que luego es tapado nuevamente
por el sonido decadente y sobrio de “At Night” producido por su extraño teclado
y distorsionado bajo. “Seventeen Seconds” pone el punto final del álbum, con su
correcta construcción melódica y rítmica pero sin llegar al nivel de las demás
canciones del álbum.
El segundo disco, Rarities 1979 -1980
contiene las canciones “I’m A Cult Hero” y “I Dig you” del proyecto Cult Hero, en
donde ambas piezas exhiben una música descaradamente divertida. Más adelante en
este mismo disco también son incluidas sus versiones en vivo. Encontramos también dos demos, “Another
Journey By Train” que pudo ser obviada pues no ofrece nada diferente a la
versión oficial que aparece en la colección Join The Dots aparte de
tener un sonido horripilante, y “Secrets” también nada en especial. Lo que sí fortalece
a esta segunda parte, son las tomas en directo de todas las canciones del Seventeen
Seconds a excepción de “Secrets” y “Three”, registradas en conciertos
en Amsterdam y Paris durante 1980, y que nos demuestran a una banda afianzada,
segura de sí misma y llena de energía en sus ejecuciones en directo.
La atmósfera depresiva de Seventeen
Seconds sería el preludio de lo que llegaría con Faith y Pornography,
sería el inicio de su siniestra trilogía, que demostraría el “sonido
Cure” en todo su esplendor y que lamentablemente solo se volvería a repetir en
ese mismo nivel de calidad en el álbum Disintegration.
Robert Smith manifestó de la siguiente
manera la importancia de Seventeen Seconds en la obra de The
Cure: “Si [Seventeen Seconds] no hubiese sido como fue,
todo lo que ocurrió después hubiese sido diferente. Fue el disco más importante
que hicimos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario